—¡Hermano!
Hugo inmediatamente dejó de mostrar su actitud dominante y miró respetuosamente hacia la puerta del reservado.
—¡Señor!
Sus secuaces también mostraron un gran y absoluto respeto.
—¡Señor Zumbado!
Ana y las demás temblaron ligeramente, revelando una profunda reverencia en sus miradas.
—Hmm