—¡Finge! ¡Sigue fingiendo! —exclamó rápidamente Triana, sonriendo fríamente.
Desde su perspectiva, Xavier estaba actuando con calma, solo para mantener su débil autoestima.
—¿Tienes algún problema? —frunció el ceño Xavier, finalmente comenzando a impacientarse por la actitud arrogante de Triana.
—¡¿