Sonia tomó el suyo y lideró la marcha, dejando a Lynx con una extraña expresión en la cara, sin embargo este no dijo nada, solo la siguió. Trató de no pensar en lo que se le cruzaría en la cabeza a él, no era el momento, más tarde le hablaría y le daría las gracias por todo, se lo prometió a sí misma.
No pasó mucho hasta que alcanzaron a la Novena del Este. Pasaron por al lado de los heridos sin detenerse a mirar y llegaron hasta dónde Cass lideraba la marcha.
—Te tardaste mucho. ¿Todo en orden? —preguntó la Capitán.
—Capitán, sí, señora —contestó Sonia, esforzándose por llegar al tono firme.