CAPÍTULO 43. LIBERTAD 
Strella
  Después de muchas horas de camino llegamos a la casa de mi amiga Carmen, vengo acá porque nadie sabe de ella, cuando vengo a esta ciudad siempre vengo sola y no ando en público con ella y si lo hago cambio mi aspecto para que nadie me reconozca, cuando llego a su casa toco y ella me abre momentos después.
  -Hola Carmen......le digo.
  Ella me sonríe emocionada y nos hace seguir rápido.
  -Hola Strella, pasen por favor no se queden ahí.......nos dice.
  y es lo mejor que ella puede hacer ya que no podemos estar mucho rato afuera y llamar la tensión, gracias a Dios es de madrugada y no había en los alrededores por ahí, entramos a su casa y ella nos hace seguir a la sala y todos nos sentamos a descansar porque llevamos corriendo toda la noche sin descansar.
  -Tienen hambre..... ella nos pregunta.
  Y claro que si y me imagino que ellos aún más, porque el alimento que se les dan a ellos en el campamento no es para que se llenen solo es para que no mueran de hambre nada más.