Deanne
Camino de un lado a otro, lanzo una mirada a Maiara, quien está entretenida mirando caricaturas, miro el reloj que adorna la sala, faltan cinco minutos antes de las nueve de la mañana. Cinco minutos y ya estará aquí, Connor es de los hombres más puntuales que he conocido, me cruzo de brazos, camino hasta el pasillo, me detengo en el espejo y me doy un vistazo rápido.
—Calma, Deanne. Solo vendrá por la niña y tú terminaras tu trabajo. —Suelto un suspiro. Escucho un motor a lo lejos, cruzo el pasillo hasta la sala y me asomo por la ventana.
Arrugo el entrecejo al no reconocer una camioneta.
El motor se apaga, luego la puerta se abre y casi mis cejas llegan en lo alto por la sorpresa.
Es Connor.
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