Capítulo91
Guillermo se tapaba la cara, muy desconcertado, y decía: —Señorita Lluch, yo... ¡estaba ayudándote!

—¡Cállate!

Irene levantó sus largas piernas y le dio un fuerte puntapié directo en la entrepierna, haciendo que Guillermo se retorciera de dolor y se inclinara forzosamente contra la pared.

Luego, se acercó a Lorenzo con mirada tierna, agarró el cuello de la camisa y dijo: —¿Por qué vienes tan tarde a buscarme? ¡Te extrañaba mucho!

Lorenzo frunció con gran ligereza el ceño: —Irene, no te hagas ilusiones, no vine aquí por ti.

—¡Qué antipático! ¡Sigues siendo tan directo!

Irene levantó su puño y golpeó con fuerza el pecho de Lorenzo, haciendo pucheros.

Esa escena dejó a todos atónitos. ¿La señorita Lluch y Lorenzo estaban coqueteando? ¿Qué estaba realmente pasando aquí? ¿Acaso se conocían?

Él más impactado fue Guillermo, con la cara tan pálida como la muerte, quedando paralizado en su lugar. ¡No podía ser! ¡Definitivamente esto no podía ser!

Para evitar que otros interrumpieran su conversa
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App