—Hannah...— Escuché que alguien me llamaba, pero a dónde mirara todo era oscuro.
—Hannah... — Escuché de nuevo y noto que no es solo una voz es la voz de mi madre, de mi padre, de mi hermana, de Val.
—¡Hannah! —Gritan prácticamente en mi rostro y abro los ojos a tope del miedo.
Observo a mi alrededor, todo se estaba aclarando, aún me encuentro en el hospital, el monitor de signos vitales muestran trabaja con normalidad, observo mi lado derecho y me sorprende ver a Val sentado junto a mi, tenía recargada su cabeza sobre la cama y con sus brazos cubría su rostro.
Estaba a punto de colocar mi mano sobre su hombro para despertarlo pero el se movió antes de que yo pudiera hacerlo, su rostro adormilado me miró por un segundo y cuando se percató que yo estaba despierta mirándolo se reincorporo con ese porte seguro que siempre tiene.
—¿Como te sientes?— pregunto mientras me ayudaba a sentarme.
—Creo que aún estoy un poco medicada porque mí cuerpo pesa— respondo sin dejar de mirarlo. Val bajo