Ya por fin llegamos a casa el camino fue bastante largo y Lara se durmió, a veces se levantaba espavientada diciendo tonterías las cuales no le preste atención.
Detengo el auto en el hotel y luego bajo para después ir a cargar el bulto de papa, (osea Lara) en la entrada saludo a la recepcionista y uno de los vigilantes me ayuda y presiona el botón del ascensor llegó a la habitación, mientras que ella suspira en mi cuello además su aliento apesta a licor.
La acuesto con cuidado en la cama y la arropó dejándola "dormida" cuándo voy a levantarme ella me detiene sosteniendo mi mano.
—A dónde vas miltoncito? vení y quédate con Migo.
—Lara déjame y te preparo un té de panela.
—No, no yo no quiero té, yo te quiero a ti, imagina tu y yo aquí metiditos bajo la misma sabana—se echa a reir y se levanta de la cama para acorralar mi cuello.
—Amor quédate dormida, estás muy ebria.
—¡No,y no que dormir ni que carajos! ven y abrázame o de no ya sabes... se lo digo a la postiza de Laura.
—Deja de amen