—¡María! ¿Por qué te comparas con lo peor?
—¿Y con qué entonces? ¿Con el hombre más rico del mundo?
—Tú... —Carmen se quedó sin palabras.
No podía quedarme mucho en el baño, y temía que escucharan la conversación afuera, así que dije fríamente: —Ya es bastante generoso que pague por su tratamiento. No causen más problemas o no pagaré ni aunque se arrodillen ante una tumba.
Al salir, Lucas se acercó como esperaba: —Te oí hablando en el baño, parecías molesta. ¿Tu madrastra otra vez?
—Sí, se queja de las condiciones del hospital —no le oculté nada, pero añadí firmemente— No seas amable con ellos. Sé que para ti sería fácil ayudar, pero no lo hagas.
Me miró con calidez y murmuró: —Me sobrevaloras. Con la gente que te ha hecho daño, ya es bastante que no les haga la vida más difícil, ¿cómo podría ser amable con ellos?
Su respuesta me sorprendió.
En la sala, Daniela seguía charlando con Elena.
Hablaban de los desfiles de moda después de año nuevo, Daniela invitó a Elena a ver los desfiles e