Apenas entramos al elevador, mi celular sonó con una notificación.
De inmediato le transferí 3000 dólares a Daniela, seguramente era suficiente, si no más.
Mariana me miró y preguntó con picardía: —¿María, no te da celos que otra mujer le compre ropa a Lucas, y encima te lo restriegue en la cara?
Me reí suavemente —¿Por qué tendría celos en un momento así? De hecho, yo estaba pensando en bajar a comprarle algo para que se cubriera. Ella me ahorró el trabajo, ¿qué mejor?
No soy una tonta ingenua que se pone celosa por todo sin considerar el contexto.
Lucas sonrió —Yo esperaba que te pusieras celosa, pero resultaste más comprensiva que nadie.
Lo miré, sintiendo otra vez la culpa —Todo esto pasó porque me protegiste. Menos mal que no fue peor, si no, no sé qué hubiera hecho.
Lucas tomó mi mano —Tranquila, no pienses más en eso.
Mariana suspiró y bromeó: —Si hubiera sabido que iba a hacer mal tercio, mejor no venía...
Me sonrojé y solté la mano de Lucas.
Ya en el hospital, Lucas se quitó l