Un favor así haría que cualquier mujer se sintiera extasiada.
El sonido de un mensaje en mi teléfono me sacó de mi ensimismamiento.
Era un WhatsApp de Sofía: [¿Estás segura de que no quieres a este hombre impecable?]
Sosteniendo el teléfono con dedos temblorosos, con el corazón desbordado de emociones intensas que no podía expresar, terminé respondiendo: [El traje de alta costura que lleva puesto lo hice yo.]
Apenas envié eso, Sofía respondió con varios emoticones de asombro y gritos.
[¡Y dices que no hay nada entre ustedes! ¿A esto llamas nada? ¡El romance va viento en popa!]
Agarrando el teléfono, volví a mirar al hombre en el escenario, incapaz de contener mi sonrisa. Incluso Valentina lo notó y se acercó para susurrar: —¿De qué te ríes? ¿Acaso este distinguido exalumno te hace gracia?
Negué con la cabeza, tratando de mantener la compostura.
Valentina frunció el ceño, me observó y preguntó tentativamente: —¿Acaso conoces a este Lucas?
—Shhh, no hables —desvié el tema.
Abrió los ojos