Después de recapacitar y prometerme que por muy difícil que sea la vida, no puedo acabar con esta. Bajamos del auto y caminamos a una peluquería. Con un estilista que muestra mucho respeto a mi jefe, se inicia la transformación.
Corte de cabello, tratamiento facial, maquillaje, ropa que parece hecho con las estrellas por su brillo increíble e incluso, calzado que parecen nubes esponjosas, soy preparada para la boda más relámpago que creí posible realizar.
Mi vestido ajustado a mi cuerpo, me hacen creer que esto ha sido preparado desde hace tiempo, porque todo me queda tan perfecto que me resulta extraño.
Lista, con un cabello brillante y hermoso, un vestido sencillo, pero, hermoso, un maquillaje acorde a la ceremonia que tendremos y unos zapatos que me hacen ver un poco más alta, salgo del salón para encontrarme con mi jefe.
— Señor Castagnoli, estoy lista. — aviso al hombre que habla por su teléfono de una manera tan elegante que parece un modelo.
Él ya lleva un traje de color gris,