Erick Stoeber
Odio que los hombres no le quiten la mirada de encima a Ambert. Reconozco que es muy bonita y sexy y que llama la atención sin querer hacerlo. La veo hablar muy amena con la hija de Washington. Son de la misma edad y por lo que veo tienen mucho en común.
—El guapísimo neoyorquino Erick Stoeber Smith —dice alguien a mis espaldas.
Me giro y me encuentro con Stephanie, una ex colega y con la que tengo un largo historial de sexo que no quiero ni recordar o me crearía una erección en plena cena.
—Hola Stephanie —digo mirándola de poesía de cabeza.
No ha dejado de ser sexy y hermosa.
—¿Como haz estado? —pregunta acercándose a mi.
—Ya ves, excelente —digo serio.
—Que bueno. Veo que ahora te gustan más joven ¿Que tiene ella que yo no tengo? —pregunta poniendo su mano derecha sobre mi pecho.