Victoria
Sigo hipnotizada por esos hermosos ojos y todo empeora cuando miro su cara, bajo por todo su cuerpo.
Este hombre esta sacado de una revista para mujeres, parece un modelo de boxers.
— Disculpa Señorita no la vi, déjame ayudarte— Y pensé que no podía ser más perfecto. Su voz ronca y masculina completa lo que para mí es el hombre perfecto.
Le doy mi mano para que pueda ayudarme y el solo roce me eriza la piel.
Me levanto y mis pies duelen, no estoy acostumbrada a usar tacones de aguja, pero este lugar no es minnesota, aquí debo ser profesional y dar buena impresión.
Me tambaleó pero el chico me estabiliza con sus manos en mi cadera.
— Siempre he dicho que los tacones son armas letales— Yo rió.
— Pienso lo mismo, pero nos hacen ver bien así que para ser bella hay que sufrir un poco— Suelta una carcajada ronca.
— Nunca entenderé a las mujeres, son masoquista—
— Bueno muchas gracias debo seguir, me están esperando en la salida— Camino y de pronto me llaman.
— Hey masoquista, ¿com