"Puedes llamar a Jed o a mi guardaespaldas antes de venir. De todos modos, espera a que esté despierta antes de venir", dijo Avery. "No te preocupes demasiado. La operación saldrá bien".
"Dejaré de preocuparme cuando ya puedas irte de este lugar".
"Podré irme sin problemas. Y tú también". Se puso la ropa y levantó el teléfono. "Me voy entonces".
"Está bien. Ten cuidado y llámame si pasa algo".
"Lo haré".
Ella salió del hotel y se dirigió al hospital.
Tardó menos de diez minutos en llegar a la sala.
Afortunadamente, Jed y el guardaespaldas aún no habían regresado.
Después de ir al baño a lavarse, volvió junto a la cama y recogió el teléfono para encenderlo.
Se dio cuenta de que Jed le había enviado un mensaje a las cuatro de la mañana.
[No puedo hacer la operación. Mi novia me obligó a regresar a casa. No tuve más remedio que irme. ¡Lo siento!].
Avery quedó sumamente sorprendida al leer el mensaje. Sí sabía que Jed tenía novia, pues ya lo había escuchado hablar de ella cuando