Caminé de vuelta a la mesa con pasos firmes, mi irritación hirviendo. ¿Cómo se atrevía Nate a juzgarme? Como si su relación con Alessandra fuera algún ejemplo de perfección romántica.
Cuando llegué a la mesa, Charles estaba contando alguna historia obviamente fabricada sobre sus "aventuras académicas" a Margaret, que parecía educadamente aburrida.
—Disculpen la demora —dije, sentándome nuevamente.
—Charles nos estaba contando sobre la vez que descubrió un manuscrito raro en una biblioteca en Oxford —Bianca dijo, sus ojos brillando con diversión mal disimulada.
—Sí —Charles confirmó entusiastamente—. Un manuscrito del siglo... eh... dieciséis. Muy raro. Sobre... caballeros.
¿Siglo dieciséis? ¿Caballeros? Hasta yo sabía que los caballeros medievales eran de los siglos anteriores.
—Qué interesante —logré decir, tomando un sorbo grande de mi bebida.
Bianca me miró con una expresión que claramente decía "¿qué mierda trajiste aquí?", y no pude discrepar con ella.
Charles continuó hab