—El CEO Fiorentino sufrió un accidente. Angelo no es cualquier persona, como tú —dijo Marco con altivez—. Lo que es peor, él recién salió del quirófano su vida pende de un hilo, a Cassandra tuvieron que inyectarle un tranquilizante, entre más pasaban los minutos más histérica y ansiosa se ponía.
—¿Qué hay del accidente? —preguntó Antonio, su rostro pálido—. ¡¿Cómo putas un avión que revisan incontables veces antes de cada viaje de Angelo, de pronto falla?! —las manos de Antonio se posaron en los hombros de Marco, sacudiéndolo con desesperación—. ¡¿Dime?! ¡NO FUE UN ACCIDENTE! ¡ALGUIEN TUVO QUE HACER ALGO!
—En el avión, viajaba junto a nosotros, Evelyn Black; hizo una escala, tuve que regresar rápidamente por problemas en la empresa… Debí quedarme… —dijo Marco con una falsa expresión dolorosa. Ignorando las preguntas de Antonio.
Antonio lo soltó de los hombros. Su mirada perdida en los pasillos del hospital.
—¿Qué hay de Evelyn?, Angelo nunca debió hacer ese viaje. Le dij