Ofelia se sonrojó ante la muestra de amor que Luciano le estaba dando frente a sus padres. El instinto le gritaba que ese hombre dulce y amoroso frente a ella, estaba marcando territorio y dejando un golpe claro sobre la mesa en cuanto a su relación.
Algo que la llevó a pensar en lo que ella sentía por él. En el pasado había creído estar enamorada de ese hombre; hoy tenía la seguridad de que lo había sentido en ese entonces no era amor, era fascinación. Una atracción que su padre había utilizado a su favor.
Pero hoy. Hoy podría decir con la mayor seguridad que lo que sentía por Luciano Barrera no era otra cosa que el más puro amor.
A su lado, tenía apoyo, amor y la seguridad de que el pasado estaría muerto y enterrado como era su deseo.
—¿Ofelia?
—Te amo —le respondió la joven sorprendiendo al hombre