En cuanto la abuela Quinn se fue, Hunter también empezó a burlarse de Malcolm. "¿Ves? ¡Ya te dije que Luna, a quien constantemente pones en un pedestal, es tan superficial como el resto de las mujeres del mundo exterior!’’.

"Insistes en que ella es diferente, pero se ha demostrado que estás equivocado. Ella no quiere cumplir su parte de la promesa después de tu accidente. ¡Me das lastima, Malcolm!".

Malcolm agarró los reposabrazos de su silla de ruedas con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos.

Cuando Hunter se fue, Malcolm soltó su agarre de los reposabrazos, cerró los ojos y dijo con una voz tan suave como siempre: "Llévame a mi habitación, Luna".

Luna empujó a Malcolm con un sentimiento complicado en su corazón.

Dios le había planteado una pregunta desafiante...

Si Malcolm no hubiera sufrido el accidente, tal vez ella hubiera tenido otras formas de pagar su deuda con la familia Quinn y él, pero como ahora esta discapacitado, todos pensarían que su rechazo en casar