Joshua se quedó en silencio al escuchar las preguntas de Luna.
A decir la verdad, la única conexión entre él y Fiona desde el principio era la médula ósea que se había colocado en el cuerpo de Nigel, pero él no tenía ganas de decirle la verdad a Luna.
Él no quería que Luna pensara que él había ayudado a Nigel de alguna manera, y no quería que ella se fuera de Ciudad Banyan sintiéndose culpable o en deuda con él.
Él prefería que ella se fuera con resentimiento hacia él, porque ese odio la haría alejarse de él, y ella por fin podría comenzar una nueva vida con los niños.
"¿No hay respuesta para eso?". Luna se burló y luego se volteó a mirar por la ventana.
Ella ya sabía que ese sería el resultado.
Joshua nunca había sido de los que se enfrentaban a sus errores, ya fuera seis años atrás o en ese mismo momento.
La lluvia seguía cayendo fuera de la ventanilla, tan fuerte que el parabrisas estaba empañado, y al todoterreno le resultaba cada vez más difícil circular por la carretera.