Después de hacer mi entrada y lanzar todas las invitaciones me lastime el tobillo bajando las escaleras fui a enfermería, estaba sentada con una bolsa de hielo en mi tobillo cuando la puerta de la enfermería se abrió Alexandrei venía sostenido del brazo de alguien más, le sangraba el labio y una ceja, lo sentó justo al frente mío, sus ojos me buscaron yo agache la mirada viendo mi tobillo.
—Cleo ¿puedo llevar a quien quiera a la fiesta?—él chico que me preguntó nunca lo había visto.
—Claro pero debe ser como nosotros, no puedo permitir que personas extrañas entren a mi casa se puede perder algo.—me encogí de hombros.
—Gracias