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La chica se preocupó al escuchar esas palabras y de inmediato pidió aclarar el caso —¡Ay, no, señor! —por favor no me despida, yo le prometo que no soy así con los empleados y tampoco con nuestros clientes, si gusta puede preguntarles a todos los que trabajan aquí y ellos le darán una buena referencia de mí.

—No es necesario que yo salga a preguntar a medio mundo como es tu comportamiento, suficiente con lo que he logrado ver y escuchar ahora. —Estás despedida, ve recogiendo tus cosas en este mismo momento.

—Pues ni modo, ni que quiero trabajar en una empresa cuyo dueño es un maldito que quizá hasta me tomó en contra de mi voluntad, aprovechando que yo estaba drogada esa fatídica noche.

—Ja, ja, ja, y quien te manda a que andes consumiendo sustancias si sabes que con el tiempo te pueden traer consecuencias. —¿Tú crees que te voy a creer esa mentira de que estabas drogada? —Tú estabas en todos tus cabales, allí quien estaba drogado era yo. —alegó el hombre.

—Me largo de aquí, no pienso seguir hablando con un paralítico como usted. —la chica recogió sus cosas del escritorio, tomó su bolso y se dispuso a salir. Pero las palabras del hombre a sus espaldas la hicieron detenerse de golpe.

— Claro que te vas de mi empresa, pero porque tendrás que convertirte en mi esposa. —le aclaró el hombre. —¡Ja!, él no está dispuesto a permitir que los medios de farándula hagan algarabilla con su imagen, poniéndolo como un empresario irresponsable ante todo el que los ve y lee. Por esa razón es que antes de venir, le ordenó a uno de sus hombres de confianza que le buscara a esa chica hasta por debajo de las piedras y que al encontrarla la trajera ante su presencia, pero no se esperaba que él mismo la encontraría trabajando como gerente general en una de las sucursales de su empresa.

—Ja, ja, ja, ¡váyase al carajo y déjeme en paz! No soporto a las personas falsas como usted.

—Y yo no soporto a las personas aprovechadas como tú. —Pero ahora he dicho que te tienes que casar conmigo, por desgracia.

—¡Vaaa, qué hombre tan más complicado! —se burló ella. —No entiendo ¿Cómo es eso que primero me dice que me odia y ahora quiere que me case con usted? —Sea hombre de palabra y decida de una buena vez que es lo que desea.

—Quieras o no, te tienes que casar conmigo porque las fotografías que le vendiste a los medios de farándula, me van a afectar en gran manera en mi vida empresarial.

—No sé de qué fotografías me habla, créame que no lo sé.

—No te hagas la santa, en el internet ya están circulando un par de imágenes en donde aparezco yo en la cama contigo, bueno, aunque mi rostro casi no se ve porque yo estaba debajo de ti mientras tú me montabas, pero siempre han puesto mi nombre en el titular, y por desgracia también se ve al fondo mi silla de ruedas, lo que me da a entender que aunque yo lo niegue ante los medios, esa silla me delata y sabrán que yo lo estoy ocultando.

—¿Se está escuchando, señor, acaso usted cree que yo soy la mujer maravilla que tiene el superpoder de estar en la cama con usted y al mismo tiempo tomarnos una fotografía en el acto? —Eso no tiene lógica, señor, si fuese un poco más inteligente se pusiera a pensar bien y llegaría a la conclusión de que no he sido yo.

—Por una parte, creo que te doy la razón por primera vez. —Pero, ¿qué tal si tú le pagaste a alguien para que nos tomara las fotografías? —Es que tú piensas que me vas a sacar dinero con el chantaje de que si te lo doy, le ordenarás a los medios que ya no las difundan.

—Yo no necesito de su dinero. —Con su permiso señor, pero yo me retiro de esta oficina y de su empresa.

—No, de aquí no sales hasta que mi abogado llegue. Les he dado la orden a mis hombres para que tengan resguardado el lugar donde yo estoy, y si tú te atreves a salir de esa puerta, con una sola señal que yo les haga, te detendrán y te traerán ante mí. Te sale mejor colaborar quedándote, así te evitas pasar un penoso escándalo frente a toda la empresa. —Toma asiento, llamaré a mi abogado y él no se tardará ni veinte minutos en estar aquí.

—¡Qué! —¿Para qué necesita que venga su abogado? —preguntó ella confundida.

—Ya te dije que nos vamos a casar, vas a firmar un contrato de matrimonio, en el cual están establecidos varias cláusulas que como esposa deberás de cumplir.

—¿Se ha vuelto loco, señor? —eso me da a entender que usted fue el que planificó el encuentro de aquella noche, desde luego me menciona que ya tiene preparado un acuerdo de matrimonio.

—La que se va a volver loca eres tú si no aceptas firmar el acuerdo. —Y no, yo no lo he elaborado, mi hermano menor es abogado de profesión y se ha ofrecido a elaborarlo esta mañana después de ver las fotografías en todos los sitios de internet, ni yo mismo sé que es lo que contiene ese documento.

—¿Y con qué fin se supone que yo debo de firmar eso?

—Le vamos a hacer creer al mundo, que somos novios, que nos amamos y que es normal que tengamos relaciones sexuales en donde a nosotros se nos dé la gana, esto también te beneficiará a ti porque pondré tu reputación en alto para quienes te conocen, ya no pensarán que eres una puta, ahora te verán con mucho respeto por ser la esposa de un magnate millonario.

—Creo que me voy a desmayar, no estoy entendiendo nada.

—No hay necesidad de que lo entiendas, con solo hacer lo que yo te digo, basta y sobra.

—Primero necesito ver esas fotografías que usted tanto alega que soy yo la que aparece en ellas.

—Vuelve a tu escritorio y en el ordenador busca cualquier revista de la farándula de nuestro país, en todas partes aparecemos con el titular en grande.

—¡Oh por Dios! —¿Quién ha sido capaz de poner mi nombre en esta portada tan horrible y con ese titular tan vulgar? —¡Qué vergüenza, Dios mío! —exclamó la chica, al borde de un colapso nervioso.

—Te lo dije, este acuerdo de matrimonio nos conviene a ambos.

—Está bien, lo voy a firmar, pero yo buscaré al culpable de todo este rollo, y quiero que usted lo haga pagar por esta trampa que nos tendieron, estoy segura de que fue así. Si lo encontramos antes de que nos casemos como usted dice, todos los planes se cancelarán. —¿estamos de acuerdo?

— Estoy completamente de acuerdo, si eso sucede no nos casaremos porque yo haré confesar a esa persona ante todos los medios de comunicación, lo obligaré a que diga que esa fotografía no es real, que solo es un asqueroso Photoshop, que el mismo se encargó de hacer para dañar mi imagen. —Te lo repito por si no me entendiste; cuando encuentre a quien dio permiso para la publicación de estas fotografías, yo mismo lo castigaré y lo haré confesar, te juro que si tú tienes algo que ver en esto, también te irás al infierno con esa persona.

— Cómo cree que yo misma voy a dañar mi propia imagen al pedir que publiquen esas fotos y hasta mi nombre. —Esto es una vergüenza, la cual jamás me imaginé que un día pasaría.

La muchacha ha aceptado firmar ese acuerdo de compromiso y hacerse pasar como la prometida y pronto esposa de ese hombre, ella está más que confiada de que él destruirá a la que fue su compañera de trabajo y que hasta el momento es la única responsable de que sus compañeros la hayan dejado sola en aquella discoteca la noche anterior.

Por el momento ella es la única sospechosa, porque les mintió a los muchachos diciéndoles que la misma Camila les mandaba a decir que se fueran sin ella, que no la esperaran porque encontró a alguien y se fue con él, además de que ella desapareció por completo del mapa, seguramente con todo el dinero que le dieron por hacer esa trampa.

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