Logré hacer que los guardias soltaran al señor Robinson, él cuál me miró muy agradecido y lo lleve a sentarse. Las delgadas piernas del hombre temblaban con cada pisada hasta la silla en la que lo ayude a sentarse.
-No puedo creer que lo estés defendiendo... ¿Acaso eres machista?
Emma me siguió. Ya no parecía estar dolida por el acontecimiento sino molesta y actuaba muy prejuiciosa.
-No soy machista.
Le dí un poco de agua al señor.
-¿Entonces por qué ayudas a ese viejo pervertido?
-No es ningún viejo pervertido.
-¿Dices que miento?
-Yo no dije eso.
Me voltee hacía ella con la cabeza en alto. Estoy hasta el colmo de sus idioteces.
-Si tanto dices que intento violarte. No te molestará que revisemos las cámaras de seguridad del set.
Emma se quedo callada. Las demás personas del set nos miraban expectantes.
-Él tiene toda su vida trabajando en este lugar. Ya habrían más incidentes. No digas mentiras Emma.
-Tu eres una idiota lo d