— ¿Sí? ¿Quién es? — Pregunto apenas atendió el teléfono.
— Oh disculpa soy Alaia.— Le dije tratando de sonar lo ma tranquila posible que no pudiese sentir mis nervios.
— Alaia — Su voz sonaba alegre al escucharme quería creer que le caía bien y quizás aquello podría ayudarles.
Le caería bien a los dos.
Sarah me hacía seña para que colgara pero no lo haría.
— Hola, quería invitarte a pasar la tarde con Sarah y conmigo, si puedes claro.
Un silencio se hizo en la línea y por un segundo pensé que había colgado.
—Está bien —Susurro.
— Bien te enviaré la dirección para que vengas, te esperamos en una hora?
—Sí, está bien.
Colgué y rápidamente le envié la dirección
— ¿No qué hiciste?
Sarah se veía nerviosa y desesperada, quise reírme pero sabía que no era momento para eso.
Tenía que calmarla y ser su apoyo en este momento.
— Sarah tienes que calmarte él no parece ser una mala persona y quiere convivir contigo sé que tú quieres convivir con él además yo voy a estar aquí y te pr