47. No soy frígida
Tres horas antes.
Después de nombrar a James, tanto Amber como Liam se quedaron en silencio, por mucho que el tema querían tratarlo con tranquilidad resultaba incómodo.
— Sabes Amber he pensado que luego que toda esta situación termine, podrás tener la libertad de hacer lo que desees, estar sola, viajar, sin presiones.
— Acaso, ¿Estás diciendo que en unos días me abandonaras?
— Eso nunca, siempre podrás contar conmigo y así como vine a ti la primera vez que me llamaste, así será siempre, además tienes una invitación permanente junto con tu madre para visitarme en Escocia.
— ¿Piensas irte?—, “por favor no digas que si”, pensó Amber.
— Sí, una vez escoja un gerente para la sede aquí, regresaré.
— ¿Qué has pensado hacer con esta casa?
— Aún no lo decido, quizá la venda con el tiempo.
— ¿Y todo resuelto así de simple?
— No es simple, al menos para mí no.
— Pero me dejarás atrás.
— Eres mi sueño, no me quiero apartar de ti, un simple quédate bastaría para obedecerte, sé que parece que todo