Mundo ficciónIniciar sesión–Oh lo siento, me dijo que no quería ver a nadie hoy. No sé qué anduvo comiendo o haciendo pero se puso demasiado enfermo. –El humano le susurró esa última frase como si fuera un secreto.
El Elfo Invernal se esforzó al máximo para poner su mejor sonrisa. –Bueno, gracias. –Sin darle tiempo a nada más el sastre cerró la puerta con fuerza y Kari se quedó fuera. Sin embargo, el viento no podría apagar su Chispa interna, ahora ardía con furia y ese era un combustible muy poderoso.
Retrocediendo unos metros el campesino se detuvo, observó unas rocas grandes cerca de la casa del sastre y decidió sentarse del otro lado de ellas. De esa forma nadie que fuera a entrar o salir de la casa se percataría de su presencia, e hizo lo que mejor le enseñaron a hacer; esperar. Él tendría toda la paciencia que requiriera, no actuaria hasta qu







