Ella era como el café; un estimulante atrapado en una piel de porcelana. Un abrazo de ella bastaba para despertar mis sueños más profundos.
(Tony E. A.)(...)
Eloise Adams.
5:37 p.m.
— Tienes que calmarte, Eloise — la voz baja de Kelly me tranquiliza un poco.
— Quiero verlo, Kelly — le suplico — ¿Donde esta? — pregunto angustiada, tomo la taza y tomo tres sorbos de café seguido.
— Es tu segunda taza de café, tómatelo poco a poco prima — me dice sorprendida Kelly — No podrá