~ MAITÊ ~

Llegamos de vuelta al apartamento de Marco en São Paulo al final de la tarde, el sol ya comenzando a ponerse y tiñendo el cielo de tonos anaranjados a través de las ventanas amplias. Marco cerró la puerta detrás de nosotros y se volteó hacia mí, su expresión cargada de preocupación genuina.

"¿Cómo te estás sintiendo?"

La pregunta era simple, pero cargaba un peso inmenso. ¿Cómo me estaba sintiendo después de enterrar a mi padre? ¿Después de ver a Dominic interpretando el papel de yerno perfecto? ¿Después del aviso crítico de mi madre?

"Todavía muy afectada emocionalmente", admití, sintiendo el cansancio de todo el día pesando sobre mis hombros. "Pero solo quiero pensar en nuestra hija ahora. No puedo estresarme más".

El recuerdo de la advertencia de la enfermera sobre el desprendimiento de placenta agravado estaba constantemente presente en mi mente. Cada momento de tensión, cada pico de ansiedad, representaba un riesgo potencial para el bebé. Para nuestra hija.

Marco asintió