Capítulo 120

"Comida primero", dije, alejándome con una fuerza de voluntad que no sabía que poseía. "Diversión después."

Él sonrió, esa sonrisa traviesa que siempre me hacía olvidar mi propio nombre.

"Está bien. Pero solo porque tengo mucha hambre. Y no solo de ti."

Me volví para terminar los platos, pero sentí sus manos en mi cintura nuevamente. Traté de concentrarme en el risotto, pero era imposible ignorar el calor que irradiaba de su cuerpo o la forma como sus dedos trazaban pequeños círculos en mi piel a través del tejido del vestido.

"El risotto se va a pegar a la sartén si no lo revuelvo", protesté débilmente, pero ya me estaba derritiendo en sus brazos.

"Entonces revuélvelo", susurró contra mi oído. "Yo me quedo aquí mismo."

Traté de obedecer, tomando la cuchara de madera para revolver el arroz, pero cuando sus manos encontraron la curva de mis caderas, mi concentración se desvaneció completamente. La cuchara casi se resbaló de mis dedos cuando mordisqueó suavemente el lóbulo de mi oreja.

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