Akem

Me encuentro en el mismo pasillo del consultorio donde la hice mía, donde probé ese cuerpo tan divino, que a simple vista atrapa pero que mis manos hayan recorrido ese cuerpo escultural, superó todo lo que mi retorcida mente fantaseo. Estoy esperando que el director del hospital se desocupe para discutir quién se quedará en el puesto.

No dejo de pensar en esa diosa de ojos azules, esa melena negra, una sonrisa que irradia a cualquiera, ese cuerpo hecho por los mismo dioses.

《Ella sería Afrodita 》

Definitivamente es toda una diosa, tras media hora el director sale con una mujer de tercera edad, la señora me sonríe y se va.

— Que gusto me da verlo señor Ivanov — dice con entusiasmo.