Arabella
Moscú /Rusia.
Aterrizamos a Rusia aproximadamente hace dos horas, desde que llegué no me he sentido bien, tengo un dolorcito en la parte baja del abdomen y en la espalda. Son como contracciones pero no tan frecuentes, tocan la puerta y entra Franco que al verme con la cara roja y sudando se acerca a pasos largos.
— ¿Qué tienes, mi muñeca? — me ayuda a sentarme en la cama.
— ¡No sé…! — grito del dolor — Me duele muchísimo. — coloco la mano en mi vientre.
Siento un líquido correr por mis piernas, paso mi mano por mi muslo y al verla está empapada de sangre; mi ritmo cardíaco se acelera y voy quedando sin oxígeno. Franco corre hacia la pue