Ella es así. Y sólo hay una palabra que la puede describir. Bonhomía. O eso es lo que él cree. Pero...¿Tendrá en cuenta de que la sal incluso se ve como azúcar? Ella rompió su promesa, jamás se imaginó así....¿El culpable? Alessandro Rizzo. Lo que él no sabe, es que ella venía a cambiarle la vida y al final, la vida de los dos dios un giro inesperado.
Leer másTe tienes que mudar...no tienes opción.
Pero,¿a dónde? Piensa Zenda...
Suena el teléfono.
-¿Quién es?-Digo con mal humor, sentada en un sillón viejo.
-Hermanitaa, hola.
Bufo.-¿Qué quieres Lili? -Mal momento para que me hablen y sobretodo Lili.
-Que humor eh,¿acaso no puedo llamar a mi queridita hermanita pequeña?- Quiere algo, la conozco.
-Al grano Liliana María Moore.- Sé que odia que la llamen por su nombre completo.
-Sabes que no me gusta mi nombre, Zenda Moore,- respondió ella un tanto brusca.-Bueno a lo que íbamos...¿Te gustaría venirte a pasar algunos meses aquí en Ibiza con tu preciosa hermana y tu cuñado favorito?- Dice Lili alegre.
-No.- Respondo en un tono seco.
-Pero...¿Por qué?-Dice ella con un tono triste.
-Porque no Lili, sabes perfectamente que soporto a tu marido. Me niego.- Ella sabe de lo que hablo, es solo que el amor la tiene tan ciega...Por eso ya no creo en el amor, eso no existe en mi mundo y además con lo...
-Zenda, sabes que él nunca hizo nada. No entiendo porque lo odias tanto. Yo lo amo, porfavor entiéndeme.
-No Lili, eso no es amor. Que yo sepa amar no incluye la violencia, ni los gritos ni mucho menos las amenazas. Y no lo odio, porque ese bastardo no merece que sienta por el nada.-Le espero enfadada y le cuelgo. Siempre es lo mismo, el mismo panorama.
-M****a-Grito frustrada, no soporto que ella le defienda, no lo entiendo.
Cálmate, Zen...-Dice en tono de burla. Suspiro, ya empezamos.
Cállate, no me llames así y déjame en paz.- Le digo intentando sonar tranquila, aunque lo dudo con los síntomas que me da cuando me habla.
Se ríe.-Zen,Zen,Zen...pequeña Zen. Sabes ya que tienes que hacer. Te doy mi cabeza en una bandeja de oro y tú...no haces nada.
La ignoro, es preferible así y subo a mi habitación. No sé si pueda llamarle así. Estoy perdida. Pero metafóricamente y literalmente.
(...)
Maldita revista. Llevo dos horas. Estoy aburrida y no encuentro nada. Arhggg, quiero morir. Bufo....Espera,espera...¿Qué es eso? Joder, que es..
-¡Sí!-Grito emocionada.- Al fin te encontré.
Estoy en mi habitación, o lo que queda de ella. Ya que tengo una cama muy vieja, un "armario", un espejo medio roto, la pintura está bastante sucia por no decir ya negra, pero ahora eso es lo de menos. Necesitaba encontrar un empleo y al fin lo logré. Pero...siempre hay un pero:
"Se necesita asistente personal en la empresa INDUSTRIAL BOSS RIZZO,Ibiza.
Para más información comuníquese con.."
La maldita empresa está en Ibiza y yo vivo en Inglaterra. Sería tan fácil buscar un trabajo aquí....si, eso estuve pensando toda mi vida, pero no. Aquí no hay trabajos, al menos, no decentes.
Sería sencillo. Coger un avión y ya estaría. Pero no para mí.
Flashback
Hace tres años, éramos solo tres personas en casa. Yo, mamá y Lili. Pero a los 24 años, mi hermana se casó y se mudó con su esposo. Yo y mamá nos quedamos aquí en Inglaterra. La situación económica era algo normal, teníamos para comer y beber y eso era suficiente para mí.
Pero desde antes de que se casara Lili...y con la enfermedad de mamá. Apenas teníamos para comer pan.
Después, desde lo que pasó, solo empeoró más la situación económica.
Suspiro. Zenda,deja de pensar por dios. Me reprimo a mí misma.
A pesar de todo necesito ir, tengo que hacerlo.
-¿Lili?- La llamo, sentada en mi cama.
Noto que suspira detrás de la línea.
-Hola, Zenda.- Responde, noto que está algo enfadada. Supongo que por la última llamada.
-Lili, iré al grano. Quiero ir a pasar...algunos meses contigo...en Ibiza.- Le digo balbuceando. Esto es más difícil de lo que pensaba.
-¿Cómo? No te he escuchado, repítelo.- Confirmado, el karma me odia.
-Que quiero ir a Ibiza.-Le digo suspirando.
-¿Algún motivo en especial, hermanita?-Se que se está burlando, pero lo tengo que hacer cueste lo que cueste.
-No...-No tiene que saberlo.-Solo quiero ir a verte a ti y a...Roberto.- Digo algo forzada. Roberto es mi "cuñado".
-Bien,¿necesitas algo para venir?
-Sí, que me pagues el billete de avión, gracias y adiós.- Le respondo rápidamente y cuelgo suspirando.
Necesito buscar información antes de la empresa. Porque como dicen las apariencias engañan y yo soy un claro ejemplo de ello.
AlessandroMe incorporo rápidamente al ver como a Zenda se le contrae la cara del dolor, mientras niega retiradas veces.—Zenda, ¿qué te pasa?— Le digo frustrado al no saber nada. Le acuno la cara con mis manos y le hago mirarme. Jadeo horrorizado, sus ojos estaban en blanco y estaba quieta, muy quieta.—¡Zenda, joder!—Grito asustado como la m****a. Intento buscar alguna solución, pero es en vano ya que parece que estoy en un estado de shock.—Vaya, vaya. El gran halcón negro sin saber que hacer. No es una novedad.—Dice Zenda sarcásticamente para a continuación empezar a reírse.—¿Qué?—Consigo decir.— Pero, Zen..—Me callo de inmediato al darme cuenta del error que hice. Maldigo en mi interior.—¡Oh! Zenda te gritaría posiblemente con el carácter de dura fingido que tiene. Pero yo...no soy Zen.—Se burla.—Dulces sueños, querido.— Es lo último que escucho para después ver
ZendaNo puedo dormir. Aún cuando tengo al hombre que supuestamente es mi esposo, al que también supuestamente quiero a mi lado, abrazándome como si su vida dependiera de ello. Y sé la razón. Simple...Un día, una fecha. Suspiro con melancolía. ¿Por qué mi vida no puede ser normal?¿Por qué jodidamente todo tiene que ser tan difícil? Hoy mi yo depende de dos personas. Cuando pasa algo que me afectó mucho en el pasado, mis dos yos salen a flote. ¿Cuándo? No lo sé. Lo que si se, es que está soy yo. La Zenda que sus problemas le afectan más de lo que pueda admitir, aquella chica que aún cuando su vida esta jodida...Ella intenta pensar en alguna solución aún cuando sea la peor de las soluciones, aquella que creía que todo el mundo estaba en su contra cuando nunca fue así, aquella que creía que nunca podría volver a sentir lo mismo dos veces, aquella que en algún momento llegará a su fin. Sonrío, aún así, valió la pena. Todo. Todo valió la p
ZendaDespués de salir de la ducha no encontré a Alessandro. Pero si una nota en la que dice que no hace falta que le espere a cenar y que no llegará a dormir. Frunzo el ceño, ¿dónde irá? Suspiro y dejo la nota en su sitio. Me meto en la cama y trato de dormir. En realidad, estoy agotada y no hice absolutamente nada.(...)Me levanto por un ruido y veo que es la puerta abriéndose. Miro el reloj y veo que son las tres de la mañana. Maldigo, seguro que es Alex. Y definitivamente lo es.-Zenda, levántate.Frunzo el ceño. Y me giro cuando enciende la luz. Esta loco.-Alessandro, son las tres de la mañana. ¿Que coño quieres?- Cuando irrumpen mi sueño soy peor que Maléfica.Alessandro se sorprende.-Esa boca, joder. Uno viene en buena fé y le reciben mal.-¿Estas borracho?-Le digo incorporándome.
ZendaBonhomía. Esa palabra lleva resonando en mi mente desde que llevo despierta. Y ahora que Alessandro se está duchando es momento de saber el significado de esa palabra.Busco en el buscador: Bonhomía y lo siguiente que leo hace que se me empañen los ojos. Quizás no confío en la gente y soy muy mala socializando. Pero Alessandro llego como un terremoto e hizo de mi vida un huracán.Antes de que salga Alessandro cierro el portátil y limpio una pequeña lágrima que ha salido. Justo sale Alessandro ya vestido. Antes de que pueda decir nada me llega un mensaje. Como la mesita está cerca del baño, Alessandro lo coge y frunce el ceño.-¿Quien es Anto?¿Y por qué te dice" Hey Zendi, cariño"?-Dice en un intento de imitarlo. Y estallo a carcajadas.-¿Celoso, gruñón?-Le digo ya recuperada de mi ataque de risas.-¿Yo? ¿Celoso? Para nada.-Dice aún con el ceño fruncido y mirando al móvil como
AlessandroVeo como respira profundamente a mi lado. Creo que ver Zenda dormir se ha convertido en uno de mis pasatiempos favoritos últimamente. Al igual que últimamente cuando duerme a mi lado no le llegan las pesadillas. Suspiro, su vida fue y es un infierno. Un jodido loco que la persigue, es "huérfana", no conoce sus padres biológicos y una enfermedad la sigue a todos los lados. Antes de poder siquiera seguir con mis pensamientos un ruido me interrumpe. Una llamada de una persona desconocida. Frunzo el ceño y me dispongo a coger el móvil antes de que se despierte Zenda.-¿Diga?-Digo mientras salgo a fuera de la habitación para hablar tranquilamente.-Señor Alessandro. Soy Magnus.- ¿Magnus? Es el señor de una empresa con el que nos reuniríamos mañana para firmar unos contratos muy importantes, los cueles benificiarian mucho mi empresa. Después, iríamos a Ibiza de vuelta.-¿Pasa algo, Magnus?- Raro que
AlessandroSuspiro mientras recuerdo ese día. Todo me ha caído como un balde de agua fría. Y pensar que Manuel lo consideraba como un hermano para mí... Zenda no sabe que necesito casarme con ella por el 65% de las empresas, creo que es mejor que no lo sepa. Nos casaremos para evitar que Manuel atormente más a Zenda y poder pagar su enfermedad. Una de las leyes más sagradas en la mafia es no tocar a la mujer de nadie, pero primero la tienes que reclamar como tuya y que todo el mundo lo sepa. Si nos casamos, Zenda sería mía y nadie ni nada podría tocarla. Y sí, también ya sé que necesita un millón de euros para que se pueda curar y su vida está en un inminente peligro si hace la operación. Pero es necesario. Casarnos nos beneficia a todo. Aunque sea todo una farsa.Zenda.Estoy tumbada en la gigantesca cama esperando a que Alessandro venga con la cena. Antes de poder seguir pensando sobre lo que pasó ayer, mi
Último capítulo