Tan pronto salió de la oficina, la expresión del rostro de Zi Feng se volvió extremadamente malévola.

¡¿Por qué Jiang Sese no está muerta todavía?!

Zi Feng tomó grandes bocanadas de aire, alimentando sus pensamientos con maldad.

Jiang Sese había desaparecido durante 3 años, no debería haber regresado.

Alguien que estaba muerta antes debería desaparecer de nuevo.

En el tenue pasillo, la cara de Zi Feng era como la de un demonio del infierno. Tenía un aspecto aterrador.

El odio y los celos cambiaron por completo la expresión de Zi Feng. Sus uñas se clavaron profundamente en su carne.

La palabra “maliciosa” no era suficiente para describir la expresión en el rostro de ella.

Ella miró a la figura en el despacho de Jin Fengchen, y su corazón se llenó de malas intenciones.

Jiang Sese debía morir. Necesitaba ser eliminada, sin importar lo que pasara.

Zi Feng sentía que debía tener a ese hombre. Tenía que...

Sin embargo, Jin Fengchen no era consciente de los pensamientos d