”Señorita, no se enfade. Tiene que haber una forma de resolver este problema. ¡Definitivamente haremos que Jin Fengchen pague el precio!”.
El asistente no se atrevía a decir nada frustrante, aunque no tuviera confianza en su corazón, aún tenía que forzarse a hacer comentarios positivos. Engatusar a Vivian era la máxima prioridad.
Vivian estaba acostumbrada a estas palabras y lo ignoró. Se limitó a mirar la información que tenía en la mano sin decir nada.
El asistente hizo una pausa antes de preguntar: “Señorita, ¿qué debemos hacer?”.
“¿Qué otra cosa podemos hacer? Eres una basura, ¡no sé para qué te contraté!”. Vivian no tenía dónde descargar su ira. Era aún más molesto ver a su asistente tan incompetente en ese momento.
Al asistente le latía el corazón en el pecho y un sudor frío le recorría la frente, sin saber qué hacer.
“¡Llama a Zhou Qing, del departamento de finanzas, para que suba inmediatamente!”. Ordenó Vivian con cara seria y voz fría.
“De acuerdo”. Respondió el asiste