“Lo siento”.
Al ver que Jin Fengchen se estaba disculpando de verdad, Jiang Sese se apresuró a explicar: “Estaba bromeando”.
Jin Fengchen sonrió. “Lo sé”.
“Entonces, ¿te estabas disculpando?”, preguntó Jiang Sese, desconcertada.
“Por esperarme, no comiste, aunque sea tarde”.
Jiang Sese sacudió la cabeza y dijo con seriedad: “Está bien. Solo te estoy esperando. No es nada comparado con tu duro trabajo”.
“En el futuro voy a regresar más temprano”, le aseguró Jin Fengchen.
Jiang Sese entrecerró ligeramente los ojos y dijo con una sonrisa. “¿Lo prometes? Debes cumplir tus promesas”.
“Sin duda”.
Pronto, el conductor les trajo la cena bien caliente.
Jiang Sese abrió el recipiente de la comida y el aroma brotó al instante, abriendo su apetito.
Al ver su expresión que la hacía parecer un gato callejero, Jin Fengchen le entregó los cubiertos y se rio. “Toma, come”.
“Bien, come tú también”. Jiang Sese cogió los cubiertos y le sonrió.
“Está bien”. Jin Fengchen la miró con cariño.
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