No respondo, mi silencio es su respuesta a mi enfado, toma mi mano entrelazando nuestros dedos, y me obliga a hacer lo que dice.
—Dios, ustedes sí que son calientes —dice Mandy con una sonrisa de oreja a oreja.
Caminamos de la mano hasta bajar al vestíbulo, en donde está una pelirroja de ojos azules que en cuanto mira a Preppy, una enorme sonrisa se dibuja en sus labios, corre hacia el apartándome de pronto y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, lo peor… Es que él recibe lo que le da y puedo ver una ligera sonrisa esbozada en sus labios.
—¡Preppy! Te extrañé…
Estoy a punto de girar para largarme, cuando él me toma del brazo y me est