Un fuerte dolor de cabeza despertó a Alicia; se sentó en la cama sosteniendo con ambas manos su cabeza. Después de unos minutos, se dirigió al baño y cepilló sus dientes, se lavó la cara y, al salir del baño, caminó para buscar su ropa y darse una ducha, pero quedó como estatua al ver a su jefe dormido en un asiento de la habitación."¿Qué hace aquí mi jefe?Se acercó a él, se inclinó cerca de su rostro que lucía tan atractivo así dormido y con un dedo lo tocó temerosa.—¿Señor?Axel abrió los ojos, vio a Alicia a unos centímetros de su rostro y recordó la sensación de aquellos besos, de esos labios que ya eran difíciles de olvidar.—¿Qué hace aquí en mi habitación?Como él imaginaba, Alicia no recordaba nada de la noche anterior. Axel suspiró, se acomodó en el asiento y sacudió su cabello con su mano.—Yo la traje, estaba muy ebria para caminar.Alicia se puso extremadamente roja por la vergüenza.—¡¿Usted me trajo, ¿cómo?! Yo...—Sí, yo la traje, ¿cómo? Pues la tuve que cargar porqu
Axel bajó de su habitación dirigiéndose hacia donde había citado a Alicia. Se sentía algo nervioso, ni siquiera sabía qué iba a decirle; lo único en concreto que tenía claro era que esa situación debía arreglarse.Al estar en el lugar, miró la fuente que estaba en el centro de ese sitio, buscó un poco con su mirada hasta que esta se detuvo al mirar y contemplar a Alicia que estaba sentada en una banca con las dos manos sobre estas. Ella admiraba las luces, las flores y todo lo que había a su alrededor y él solo podía admirarla a ella. Suspira un poco antes de caminar hacia ella.—Buenas noches.Alicia se estremeció al escuchar la voz ronca de su jefe; apenas sí lo miró antes de contestar al saludo.— Buenas noches, señor.Axel se sentó junto a Alicia mientras jugaba con sus manos sin que las palabras salieran de su boca. Alicia estaba viendo hacia el otro lado; por alguna razón sentía nervios, eran tantos que se avergonzaba que él pudiera escuchar el latido de su corazón que iba a mil
Eran las 8:00 de la mañana y Alicia ya estaba lista; se había hecho una cola alta, traía una falda de flores y una blusa blanca. Al bajar a recepción, vio a Axel esperando por ella. Su corazón pálpitó rápido al sentirse nerviosa; no sabía cómo actuar ante él, si debía darle un beso o tratarlo como si nada. Era una situación complicada para ella. Al llegar frente a él, solo sonrió.—Buenos días, señorita Torres.Él saludó como era su costumbre.—Buenos días, señor.—Entonces, ¿nos vamos? Para llegar temprano a la firma.—Sí, señor, vamos, el auto ya está esperando.Alicia estaba un poco confundida porque todo había sido como antes.Entraron al auto y, durante el viaje, apenas sí se dirigieron la palabra para algunas cosas de la construcción.Al llegar a la oficina, Axel firmó el permiso de construcción sin ningún problema.—¡Listo! Señor, era todo el pendiente que teníamos hoy... Eh, reservaré los boletos de avión para regresar hoy si gusta.—No, ¿acaso olvidó que tenemos una cosa pendi
Axel tomó el teléfono de la habitación y, al llamar a servicio al cuarto, pidió que les llevaran algo de cenar a Alicia y a él. Después de haber pedido sus platillos y bebidas, Axel regresó al pequeño sofá de la habitación donde estaba Alicia sentada, viendo hacia la playa. Su barbilla estaba recargada en su antebrazo.—¿En qué piensas?Preguntó Axel al sentarse junto a ella.—Realmente en nada, solo estaba viendo el mar, lo hermoso que es, ya sea de día o de noche... ¿Señor?Axel la vio y sonrió; ella sonrió igualmente.—Perdón, ¿Axel?—¿Sí?—¿Por qué preguntaste por Luis hoy por la tarde? ¿Pasa algo con él?El rostro de Axel se tornó algo serio.—No, solo era curiosidad. Siempre lo veo contigo y veo que eres feliz a su lado; he notado tu sonrisa, pues al principio creí que tú y él tenían algo.—Como te dije, él es mi amigo; la verdad, lo aprecio mucho. Él me dijo lo del trabajo y fue mi primer amigo en la empresa; me ha sido de mucha compañía en los tiempos difíciles.Axel suspiró y
Alicia se había despertado tan cansada por el viaje, pero debía ir al trabajo. Se metió a bañar, cepilló sus dientes, buscó entre su ropa y encontró un vestido rojo de manga corta con un cinturón negro. Se puso unas zapatillas negras con tacón y peinó su cabello en esta ocasión dejándolo suelto. Después de estar lista, tomó un café antes de tomar sus llaves y salir de su casa hacia su trabajo.Al llegar a la oficina, saludó a Laura, la recepcionista, como acostumbraba a hacerlo todas las mañanas, subió por el ascensor y, al llegar a su piso, encontró a Cameron ya en su escritorio.— Buenos días, Alicia.— Buenos días, Cameron, llegué justa de tiempo.—Sí, ya me di cuenta; espero que no te regañe el jefe.Aunque las palabras de Cameron sonaban falsas.—¿Ya llegó?—Ya, y preguntó por ti; le dije que no habías llegado.—Ah, "gracias, Cameron".Alicia se sentó en su escritorio, puso su bolsa a un lado, prendió su computadora.— Dijo el jefe que te reportarás en cuanto llegues.Comentó Came
—No, mamá, pero me da gusto que esté bien.—Sí. Sigue con esa mujer; la verdad no me agrada, ni siquiera recuerdo su nombre.Celeste tomó las manos de Alicia y la vio a los ojos.—Por eso quiero que tú también seas feliz, hija, que encuentres a alguien que te ame y te haga feliz.Alicia entrecerró sus ojos y una lágrima rodó por su mejilla.—Mamá, te quiero, no te preocupes si estoy muy bien.—Hija, te amo.—Yo, igual, gracias por tu cariño.Alicia sacudió su cabeza y limpió la lágrima de su mejilla, tratando de regresar a su ánimo inicial.—Bueno, mamá, comamos y platiquemos de otras cosas más divertidas, como las actividades de Abril.Celeste y Alicia comenzaron a hablar de Abril y del campamento, de lo feliz que se encontraba allá. Después de ordenar, les llevaron sus platos y, entre risas, pasaron el almuerzo.—Mamá, debo regresar al trabajo. Muchas gracias por el almuerzo. Me gustó estar contigo. Discúlpame si a veces no te hablo. He tenido mucho trabajo, pero prometo hacerlo más
Axel abrió los ojos, se levantó de su cama, se dirigió al baño y lavó su cara, caminó hacia el pequeño buró que había al lado de su cama y se sorprendió de ver que eran las 9:00 de la mañana. Se había levantado muy tarde, buscó su teléfono dándose cuenta de las tres llamadas perdidas de la oficina, se desvistió para darse un baño, se puso su traje, el mismo ritual de todas sus mañanas; al final entró a su coche."Es la primera vez que llego tarde".Se dijo a sí mismo.La noche anterior no había podido dormir; pensaba en lo que podía haber pasado con Alicia y Luis."¿Por qué me preocupo tanto? "Si ella y yo terminamos todo, volverá a la normalidad, no pasa nada, no le des tanta importancia, Axel".Axel llegó a la empresa, estacionó el auto, saludó a Laura y subió a su oficina. Al salir del ascensor, vio a Cameron. Al mirar a Alicia, se percató de que ella lo miraba directamente a los ojos. Caminó entre los escritorios de las dos mujeres.—Buenos días, señoritas, disculpen la tardanza. ¿
Axel se sentó en su cama para inmediatamente despojarse del saco. Había tenido un día pesado, primero con la empresa del seguro con la que estaba tratando; no cerró el trato y debía conseguir otra empresa que se ajustara a las necesidades de él y, por otro lado, trató de no tener la conversación con Alicia sobre lo que había pasado una noche antes. Por más que ella trató de hablar con él, solo cambiaba el tema.Axel se dejó caer en la cama y cerró los ojos. No olvidaba cómo Alicia había llorado al ver la carta de divorcio, sumado a eso que lo detuvo cuando él la tocaba. No quería pensar más en eso, pero una pregunta vino a su mente."¿Aún sentirá algo por su exesposo? "Porque si lloro es por eso, me imagino".Axel solo resopló con cansancio, se levantó nuevamente de la cama para darse una ducha y luego acostarse a dormir.Al día siguiente despertó temprano, se arregló para ir al trabajo y, al llegar a la oficina, vio a Alicia sola; lucía encantadora con un jumper azul. Caminó directame