Capítulo 7: Lo otro, quedó en el olvido.
No me puedo negar, me aferro a esa mano que me sujeta con tanta fuerza y decido seguirlo.
En estos momentos lo que quiero es perderme, alejarme de Gael.
Al instante uno de los empleados de la disco aparece con un auto y le entrega las llaves al arquitecto.
Con mucha rapidez, abre la puerta y me introduce dentro del auto, luego él se coloca frente al volante y acelera.
Condujo en silencio por un buen rato, luego me preguntó.
—¿Dónde te llevo?
—Quiero tomar aire.
—¿Vamos a la playa?
—¡No! No te confundas, no es lo que piensas.
—Yo no estoy pensando nada, me dijiste que querías tomar aire y fue el primer lugar que se me ocurrió, pero podemos ir a otro lugar, tú conoces esta ciudad mejor que yo, así que dime, ¿dónde quieres que te lleve?
—Conduce, yo te digo donde tienes que parar.
Abro la ventana del auto y dejo que la brisa invada mi rostro, no me importa que mi pelo se desordene con el viento, no quiero hablar, cierro mis ojo