115. Siempre seremos tú y yo
˗ˏˋ Flavia ˎˊ˗
Me miro una última vez en el espejo y ajusto el velo sobre mi cabello recogido. El vestido blanco se ciñe a mi cuerpo de manera perfecta, ya que su confección realza mis nuevas curvas y realza mi vientre de veinticinco semanas. Mis manos acarician la tela con cuidado y repasan cada detalle, como si quisiera grabarlo en mi memoria.
Nunca pensé verme así: demasiado embarazada, emocionada y preparada para dar este gran paso; pero aquí estoy, con los nervios de punta y el corazón desbocado, más nerviosa con cada minuto que pasa. Tomo una bocanada de aire y hago mi mejor esfuerzo por calmar las mariposas en mi estómago.
De repente, la puerta se abre con suavidad y Maya entra con una sonrisa radiante. Lleva su vestido de madrina en tono oro rosa que le sienta de maravilla, pero es su expresión la que ilumina la habitación.
—Estás impresionante, Fla —dice, mientras sus ojos recorren cada detalle del vestido—. Owen se va a quedar sin aliento —bromea en tono travieso, lo que