Sarah esta tarde ya se veía hermosa y radiante. Su cabello estaba recogido con elegancia, dejando al descubierto sus hombros y cuello, que lucían espléndidos. El vestido que llevaba le quedaba perfecto: un vestido negro con un diseño de encaje de rosas en la espalda, mientras que la parte delantera era lisa, con una falda fluida que añadía un toque de elegancia a su apariencia.
Afuera, la inauguración del evento ya estaba en marcha, y Sarah no podía participar por temor a cansarse demasiado. Pero no importaba, Dina estaba allí para supervisar todo, incluyendo a todas las mujeres que podrían estar interesadas en su esposo. Sarah se sentó tranquilamente, sin ningún nerviosismo, ya que estaba acostumbrada a este tipo de situaciones. De hecho, normalmente era ella quien más se ocupaba de organizarlo todo.
"Sigue bebiendo, luego tendrás ganas de ir al baño. Ese vestido es complicado, no es fácil ir y venir al baño", dijo Rita, regañándola y quitándole la bebida que Sarah sostenía en ese mo