No esperaba que respondiera. Increíble casi me vengo.
—Tú también lo deseas ¿No es así? Entonces te complaceré, cumpliré tus fantasías aquí.
[Aunque deseo hacértelo suave y lento porque es tu primera vez no me contengo, esa posición no es suficiente para mí ardiente deseo]
[¿Cómo aseguras que soy virgen?]
[Es bastante obvio para mí, lobita]
[¿Lobita?]
[¿No querías está clase de experiencia para tu historia? Imagina que soy el protagonista que te está haciendo eso, el deseo carnal de un lobo es intenso y apasionado]
[Ah... Creo que no está bien esta clase de conversación]
[¿Entonces no quieres saber lo que sigue?]
Se queda sin responder unos segundos y justo cuando estoy seguro que nuevamente me va a poner el alto, me sorprende con su respuesta.
[Mientras gimo veo tu duro, poderoso e imponente miembro. Te muerdes los labios y me observas con tus ojos azules como zafiros nocturnos que me llaman a aceptarte como mi primer hombre]
Cadence eres una pervertida, ¿Hmmm? Así me gusta, lobita traviesa…
[Te observo lleno de deseo acariciando tus suaves piernas, te bajo de mis hombros y te volteo para tener la vista de tu trasero. En cuanto veo tu centro goteando jugos lascivos, mi miembro crece, se endurece y retuerce, quiero meterlo ¿Puedo, Cadence?]
[Si, mételo, por favor]
¡Por la Diooooosa, Cady Cad, te lo voy a meter hasta el fondo!
Mi cuerpo se estremece con su perfecta respuesta, puedo escuchar su voz suave como si estuviera enfrente de mí mostrándome su trasero desnudo en mi escritorio con sus manos apoyadas en el tablero de mi computadora.
“Señor Eardwulf”
“Eren…”
“Hmmm… Eren, métela hasta el fondo de mi c***”
¡Oh, Cad! ¡Eres un lienzo hermoso en el que quiero pintar con mi gran pincel!
Recuerdo sus piernas esa noche, su ropa interior cuando tomé posesión de su liguero. Así la quiero tener y luego ponerla en cuatro para penetrarla como una bestia.
Vi su cuerpo casi desnudo bajo la espuma de jabón de ese hotel. Casi nos besamos, nos bañamos juntos aunque no hubo sexo me sentí increíblemente bien. Así que estoy seguro, sé que entrar en ella sería una gloriosa forma de llegar al paraíso.
Mi miembro me emite su dolor suplicando que continúe subiendo y bajando mi mano hasta saciar su hambre voraz.
[Beso tu trasero y lamo uno de tus glúteos, acaricio con mi palma izquierda sintiendo su suavidad y firmeza…]
[.... continúa... Por favor, continúa...]
Aún no, mi pequeña omega.
Quiero que te entregues a mí, que me supliques hasta someterte a mí.
[Necesitas llamarme tu papi si quieres que continúe]
[¿Papi?]
[Hazlo, Cadence. Te haré sentir como nunca cuando te entregues a mí]
Vamos, toma mi anzuelo y acéptame.
[...Papi]
¡Te tengo!
[En cuanto me llamas con tu dulce y sensual voz te tomo por ambos glúteos y me hundo en ti. Quería ser gentil por ser tu primera vez, sin embargo es mi castigo porque te has tardado en seguir mis órdenes. Con una sola estocada te penetro hasta la raíz sintiendo tu interior apretado y caliente]
[Ah… eso suena algo doloroso…]
[Pero no durará mucho ese dolor en volverse un placer inconmensurable]
[….]
[¿Quieres que te enseñe lo que es el placer? ¿Lo deseas?]
[Si, lo deseo]
Comienzo a subir y bajar la mano por mi miembro sintiendo su liguero como si estuviera conectado a su vagina y la estuviera penetrando mientras ella desde su sillón se masturba pensando en mí.
Estoy seguro, estamos conectados en cuerpo, mente y alma.
[Entonces te haré gemir de placer, Cad. Te haré una mujer esta noche]
[Ah…]
[¿Quién te está c*giendo, lobita? ¿De quién es este miembro venudo, muy viril que te está reclamando?]
[Tuyo, es tuyo…Papi]
¡Oh, Cad! ¿Por qué no estoy ahí? ¡Quiero estar ahí! Llegar a tu puerta, atraparte con la humedad entre tus piernas, no esperaré ni un segundo, aunque me quieras cerrar la puerta pondré el pie y te sostendré entre mis brazos.
[Ahora llámame Alfa y dime cómo está tu c***]
[“Alfa… estoy muy húmeda”]
[Creo que no te estoy haciendo sentir tan bien, no me respondes como deberías]
[¡No, Alfa! ¡No me dejes, dame duro y mételo hasta el fondo!]
¡Oh, lobita, eres toda una delicia!
[Haz lo que te enseñé hace unos días, lobita. Acaricia tus pechos, jala tus pezones rosados y mete un dedo entre tus pliegues suave y delicadamente como lo haría yo]
[Mmm… Se siente extraño, como si muchas descargas eléctricas recorrieran en mi cuerpo]
[Eso se llama placer, ahora con la misma humedad en tu lugar secreto busca con la punta de tu dedo un botón muy especial y tócalo haciendo círculos]
No me responde por unos segundos e impaciente le vuelvo a preguntar si ya lo encontró.
[Estoy… haciéndolo…]
¡CADENCE!
[Bien, mientras acaricias tu punto sensible y especial, ese timbre que te hace sentir placer, continuaré embistiéndote hasta hacerte correr]
[Es más de lo que puedo soportar…]
[Aún no, lobita. Debes llegar a la punta del clímax]
[….Ya no puedo…]
[Acaricia en círculos más rápido y luego introduce el dedo entre tus pliegues lentamente hasta abrir esos pétalos preciosos]
Mientras continúo subiendo y bajando me imagino a esa traviesa y las expresiones lascivas que ha de tener. Estoy seguro que no ha escrito nada porque se ha quedado en el trance del placer supremo.
[Me siento… extraña… por favor…]
[Bien hecho, preciosa, libérate sobre mi pene, córrete para mí]
Piensa en mí, Cadence, piensa en mí entrando en ti hasta dejar mi semilla. Voy a eyacular dentro porque olvidé mencionar un condón. De todos modos creo que no lo usaré porque quiero sentirte piel con piel ¡Quiero llenarte y reclamar mi territorio!
[¿Lista?]
[Si… tú también córrete en mí…]
[Voy a eyacular dentro, ¿puedo?]
[Hmmm… hazlo, por favor… Alfa]
No necesita decirme más, con esas últimas palabras suyas acabo por explotar como un adolescente precoz sintiéndome justo en la punta del acantilado.
— ¡Haaa….! —Respiro un sonido gutural, un gruñido desde lo hondo de mis entrañas, placentero, liberador y eyaculo tanto que se resbala desde la punta de mi glande hasta mi mano goteando—Demasiado bueno…
No hace mucho en el gimnasio creí que tenía un problema grave de disfunción eréctil cuando mi compañero de carne se negó a levantarse para Martha, ahora he liberado todo lo que llevo guardado desde hace tantos meses. Es una cantidad tan grande que ha caído también en mi teclado unas gotas al igual que sobre el monitor.
Cadence no me ha escrito nada más, tal vez está saboreando el encantador cosquilleo que queda después del orgasmo que acabamos de compartir. Sin embargo así como la sensación de liberación llegó también se agolpa la culpa en cuanto ha terminado.
¡BAM!
— ¿Qué demonios he hecho?
Ver mi propio semen esparcido y el liguero profanado aún enrollado en mi pilar erecto, más que placentero ahora que me he tranquilizado me parece frustrante. La deseo, es tanto mi anhelo que quisiera transportarme hasta allá y hacerla mía en la realidad. No me importaría suplicarle por obtener su dulce néctar… ¡No!
— ¡No, no, no! ¡¿Qué demonios hice?! ¡Dije que la iba a respetar, me juré ser solo su guardián desde las sombras y no involucrarme más!
Jamás me esforzaría tanto por una mujer que ni siquiera me ve atractivo, alguien que cada vez que me mira es con incomodidad y algo de repudio. Entonces ¿por qué sigue aquí este maldito deseo por ella? Si algo no funciona los primeros meses no funcionará nunca, ¿No fueron esas mis palabras desde el inicio? Si debo esforzarme por demasiado tiempo sin resultados, aquello entonces no vale la pena. Pero Cadence, ella es otra historia. Cuando quiero dejarla ir mi cuerpo y mi mente se niegan, ella se ha clavado tanto que no puedo cerrar los ojos sin verla, sin desear tenerla y abrazar su cuerpo como aquella noche en el bar.
No puedo pasar cerca de ese horrible motel sin recordar la única noche en que dormimos en una misma cama. Nos relajamos desnudos en el jacuzzi, si no hubiera tenido la fuerza de autocontrol sería la oportunidad perfecta para hacerla mía. Pero no lo hice, en mi interior siempre he sabido controlarme porque sé que esto que siento es algo pasajero.
Quisiera creer que cuando finalmente suceda y logre entrar, ese deseo dejará de existir. Pero me estoy mintiendo, algo en mi interior me advierte que, por el contrario… Eso solo será el inicio de mi caída. El fin del Eren Eardwulf que todos conocen y que yo mismo creía conocer.
¡No! ¡Será mejor que termine con todo esto antes de que suceda lo que no quiero que pase…!
Eso es, se le diré ahorita, cuando estamos ambos en línea. Debo decirle que esto es un acto y que solo hice lo que un buen amigo haría por alguien que necesita inspiración. Esto que sucedió no pasará de nuevo, fue un desliz, un momento de lujuria que se salió de control entre los dos porque estuvimos demasiado adentrados en el papel.
Mientras me siento como alguien de la peor calaña existente, ella se adelanta.
[Edw2238, quiero agradecerte tu ayuda. Sé que lo has hecho con las mejores intenciones y en cierto modo nos dejamos llevar pero no puede continuar. Desde aquí lo haré sola, gracias por tu guía]
Es lo mejor, sé que es lo mejor para los dos.
Entonces…
¿Por qué me siento como si me hubiera usado?
— ¡MALDICIÓN!
Por un momento estuve en el paraíso y luego me aventaron al infierno antes de poder probar lo que es volar con ese ángel adecuadamente.
----
*PRESENTE*
Creí que estaba en ese momento en el mismo infierno pero esta sensación de pérdida absoluta es peor que la tortura que experimenté en ese entonces.
No debí hacerlo y con no debí hacerlo no me refiero a ese momento increíble y mágico que tuvimos en ese frenesí de sentimientos encontrados. Me refiero a la decisión que posiblemente la alejó de mí para siempre.
En el momento en que decidí dejarla por su cuenta y al no estar ahí, permití que ese intruso, una rata de ponzoña, le hiciera daño.
Aquellas palabras en su manuscrito me hacen recordar cada momento, ella reescribió todo, ni siquiera conservó las mismas escenas. Algunas son mucho más intensas, más vívidas, más desgarradoras. También puedo encontrar su dolor, un corazón hecho trizas.
A través de cada párrafo puedo sentir su deseo por destruirme. De todas las decisiones que tomé y cada paso que di tuve que elegir el peor camino posible.
Quizá fue porque estaba seguro en ese tiempo que al alejarme de ella evitaría desearla más y aceptar una realidad que continué negando hasta hace poco. Quizá me faltó madurar para comprender lo que estaba experimentando en ese momento, no lo sé… Tal vez, simplemente, sea demasiado tarde para negar lo mucho que ella ha movido mi mundo.
Pensé que al aceptarlo no serían más que palabras vacías. Así que no pude decir tres simples palabras para resumir lo que eres para mí, algo que tú esperabas pero nunca tuve el valor de decir. Estoy seguro, si lo hubiera dicho antes habría podido evitar que todo se rompiera de esta forma.
Cadence… ¿Regresarás si lo digo?
Hay algo que debo decirte, unas palabras que no me dejarán avanzar más hasta soltarlas desde mi pecho. Escúchame, solo una vez, prometo no insistir si me rechazas. Pero hazlo como se debe, dímelo a la cara, permíteme al menos eso. Incluso si es demasiado tarde y no logre cambiar nada tan solo quiero que lo sepas.
Deseo encontrarte, por favor, vuelve.
—Vuelve… Te necesito, Cadence.
Veo tu única fotografía en mi teléfono, debí tomarme una contigo cuando pude, me pregunto si estás tranquila y en paz como ese momento en que la vecina chismosa se escabulló para capturarte en secreto ¿piensas en mí aunque sea un poco? Sí, estoy seguro de que tú también piensas en mí, puedo sentirlo. Esta emoción dolorosa y a la vez tan asombrosa. Añoro tanto abrazarte que tu ausencia me llena de ansiedad quemándome por dentro lentamente.
—Al menos déjame saber que estás bien. —Mi dedo acaricia en la pantalla su fotografía, nada puede emular el calor en tu mejilla y la potencia energizante en cada centímetro de mi cuerpo.
Cadence… ¿En dónde estás?
Despues de la liberación entró la culpa por la puerta, esa última etapa fue el punto de derrumbe para ese hombre. En el presente rememora todo lo sucedido y con los nuevos hallazgos dentro de la historia de Cadence descubre lo mucho que la hirió su cobardía ante lo desconocido y ese temor a cierta palabra que ha guardado receloso como un tesoro para su ser destinado. Lobo y hombre, da igual el lugar en que están, son tan parecidos ambos que cometen los mismos errores.