Ancestrales
Ancestrales
Por: Galapea
Nueva manada

*Thessa*

Miro por la ventana y solo veo árboles, esta manada está en medio de un bosque, el aire fresco llega con rapidez con una brisa acompañada de los ruidos de la naturaleza, la casa que compró papá es de las más alejadas de la civilización por así decirlo, varios kilómetros son los que separan la ciudad de la manada de esta parte de sus territorios.

—No parece un mal lugar, tendremos espacio para entrenar—dice mi Loba a través de nuestra conexión.

—Tú siempre le ves el lado positivo Dak—respondo sin mucho ánimo.

Mi papá va concentrado en el camino, siempre más atento de lo necesario. 

Sé lo que piensa, no quiere otro accidente.

—No pienses en eso Thes—dice Dakota cuando se da cuenta del lugar a donde quieren ir mis pensamientos.

— ¿Papá cuándo conoceremos a la Familia Real? —pregunto para distraerme y distraerlo a él también, siento que está triste, al parecer sus pensamientos si fueron a ese lugar.

—Cuando nos instalemos, ¿Qué te parece mañana? —pregunta con una sonrisa y así sé que logre distraerlo.

—Mañana no, debemos arreglar lo de la escuela—digo pensando que tenemos solo mañana viernes para solucionar los papeles antes de que el lunes comiencen las clases.

—Claro, no lo pensé bien, entonces el domingo—dice sin quitarle los ojos al camino.

—Si genial, así tendremos tiempo de desempacar todo—digo con una sonrisa.

—Te gustara la casa, tienen mucho espacio para ser libres sin que nadie las moleste—dice luego de unos segundos.

Ese comentario debe ser por el último incidente que tuvimos.

Unos chicos de la escuela nos molestaban y a Dakota no se le ocurrió otra cosa que transformarse en medio de la calle, por suerte ese pueblo también era una manada de Lobos así que solo revolucionamos un poco las calles nada más. 

Aunque a papá le salieron muy caras las reparaciones. 

Luego de eso el Rey de los Lobos nos invitó a quedarnos aquí, en su manada donde él es el líder o como les decimos nosotros el Alfa, algo así como un alcalde o un intendente, todo lo que sucede en la ciudad es informado a él directamente y claro al ser el Rey también es informado de todo lo que sucede en las demás Manadas, esta es una de las más grandes del mundo, tienen escuela y hasta una universidad propia, aquí estudian Seres de todas las Razas así que es muy común que se vean muchas personas en la ciudad, pero para nuestra suerte la casa está muy alejada de todo ese bullicio.

Claro está que es solo para que no fuéramos con Dominic o Dimitra, otros dos Lobos Ancestrales iguales a mí, ellos son mayores que yo y viven alejados de las Manadas, ya que como Lobos Ancestrales no siguen las reglas de las Manadas y aunque sé que Dom ha intentado vivir en manada no lo ha podido lograr, es como si fuese contrario a nuestra naturaleza, si lo sé somos muy raros. 

Pero bueno prometí no tener problemas aquí y espero poder cumplir esa promesa al menos durante algunas semanas.

—Ya llegamos—dice papá deteniéndose frente a una casa de madera estilo cabaña en medio del bosque, no es grande ni pequeña, tiene el lugar justo para nosotros dos, lo que más me gusta es el espacio que tiene a su alrededor, los árboles y la brisa se sienten muy bien.

—Te ayudo—digo agarrando una de las maletas al dejar de admirar la casa y su vista.

Vamos bajando y dejando todo en el salón que de seguro será el lugar que más usemos de la casa.

Luego de unas idas y vueltas nos acomodamos en la cocina para descansar mientras bebemos agua y tomamos un pequeño refrigerio de galletas.

—Tengo muchas ganas de explorar—dice mi Loba entusiasmada.

—¿Qué te parece?—pregunta papá con una sonrisa gigante.

—Me encanta, Dak ya quiere salir a correr—digo devolviéndole la sonrisa.

—Genial, pero antes debemos ver la casa entera—dice saliendo de la cocina con paso rápido.

Lo sigo y vamos hasta el comedor que tiene un buen espacio, mientras imaginamos como acomodaremos los muebles y los retratos, al igual que ese feo jarrón que era de la mamá de papá.

—No puedo creer que no lo pudimos convencer de dejarlo atrás—dice Dak con rapidez.

El salón tiene una chimenea y espacio para una tele muy grande, la nuestra entra perfectamente en el hueco sobre la chimenea de ladrillos macizos, aunque creo que solo es un revestimiento, el sótano está sin humedad, gracias a la Diosa Luna y las dos habitaciones que hay son amplias y dan a dos pequeñas terrazas que salen al bosque trasero.

—¿Cuál quieres?—preguntó cuando llegamos a la segunda habitación y veo que tiene el mismo tamaño que la otra así que no abra diferencia entre cual elegir.

—Da lo mismo, ya que estamos aquí, elijo esta—responde papá sencillamente.

Volvemos al salón y comenzamos a llevar las cajas a cada habitación correspondiente.

Los muebles de la mudanza llegarían algunas horas más tarde así que podríamos desempacar y acomodar la ropa en los vestidores que tenían las habitaciones ya incluidos. 

—Que gracias a la Diosa Luna son muy amplios—comenta mi Loba sarcásticamente.

...

Ya todos los muebles están en su lugar, papá fue al pueblo por víveres para llenar las alacenas mientras Dak y yo salíamos a explorar.

—Mira arriba—dice Dakota mientras me apoyo en un árbol.

—Águilas de montañas, ¿Crees que podríamos encontrar su nido?—pregunto mientras veo a tres águilas volando encima de nosotras.

—No debe estar muy lejos, pero papá ya regreso—dice ella mientras se vuelve a transformar.

Lo positivo de ser una Ancestral es que nos podemos cubrir con nuestras habilidades. 

Por ejemplo, yo tengo la habilidad del hielo así que me cubro la desnudes que me genera transformarme con una fina capa de cristal congelado.

Dakota corre a toda velocidad por el bosque y llegamos a la casa en menos de lo que papá tarda en bajar todos los víveres. 

Lo alcanzamos y ayudamos con las últimas bolsas.

—Bolsas de papel, los lobos son ecologistas—comento y papá se ríe en respuesta.

—Traje de todo, ¿Qué quieres comer?—pregunta cuando estamos acomodando todo en la cocina.

—Lasaña—respondo con rapidez sonriendo por la respuesta automática.

—Me arrepiento de haber preguntado—dice él haciendo puchero.

...

Ya arreglamos la inscripción a la escuela, ya ordenamos todo y ahora solo nos queda la visita del Rey de los Lobos. 

Papá está nervioso, aunque el Rey nos invitó directamente a venir aquí nunca lo conocimos, papá solo hablo por teléfono con él y nada más, Dominic y Dimitra no se pusieron felices ante la invitación a la Manada Real, pero bueno esta era una buena oportunidad para que papá tuviera un poco de tranquilidad.

Se escuchan ruidos de autos fuera de la casa, papá hace una seña y nos dirigimos a la puerta del frente.

Tres autos negros estacionan en orden en el camino de la entrada.

Del último auto no baja nadie y del primero solo bajan dos Lobos, que al parecer son guardaespaldas por sus tamaños y porque no dejan de mirar para todos lados.

Del auto del centro baja una señora, si no tengo mal la información esa debe ser Lynette Perrzan, la madre del Rey, pero con ella baja una joven, ¿de mi edad?

—Majestad—saluda mi papá acercándose a la señora mayor.

—Solo Lynette—dice ella estrechándole la mano que le extiende mi papá.

—Russel Galvert, es un gusto conocerla en persona—dice finalizando el saludo—ella es Thessa, mi hija—dice girándose hacia mí.

Doy unos pasos y me acerco a la Reina.

—Majestad—digo haciendo una pequeña reverencia.

Ser una Ancestral tiene sus beneficios.

—Cuéntales un poco más—dice mi Loba apurándome.

A ver, se los diré rápidamente. 

Tenemos habilidades, somos más fuertes que los Lobos normales, somos casi o igual de fuertes que los Lobos de la Familia Real y también no los obedecemos, su voz de Alfas Reales no funciona con nosotros y eso sí que es genial.

—Thessa dime Lynette, te presento a mi nieta, Selena—dice la Reina girándose para dejarme ver a la muchacha que vino con ella.

—Hola Thessa, ¿Es verdad que puedes congelar a un Lobo y que aun siga con vida?—pregunta con rapidez y yo respondo con una risa espontánea.

—Selena compórtate—dice la Reina regañando a su nieta.

Ella solo se encoge de hombros y es papá el que nos saca del momento incómodo.

—Vamos adentro majestad, tomemos algo—dice él haciendo una seña para que vayamos adentro de la casa.

Entro a la casa seguida de Selena, noto que los guardias se quedan afuera de la propiedad mientras los otros cuatro que estaban en el auto del fondo se abren paso por el bosque de los alrededores.

—Si quieres te muestro—digo en un susurro, aunque sé que papá me escucho porque me lanzo una de sus miradas asesinas de “Thes ni se te ocurra”.

Nos carcajeamos mientras llegamos al salón.

Ofrecemos algo de beber a Selena y a la Reina que responden con rapidez café, así que nos disponemos a preparar dos tazas,  mientras que papá y yo tomamos té como siempre.

Al regresar me siento al lado de Selena en un sillón doble mientras papá y la Reina toman asiento en los sillones individuales de la sala de estar.

—¿Thessa iras a clases el lunes o aun no te anotas?—pregunta Selena mientras papá y la Reina hablan de cosas de adultos.

Hago como que no escucho, aunque Dakota está prestando total atención a ellos.

—Mis amigos me dicen Thes y si, ya arreglamos los papeles—digo en respuesta a la Princesa de los Lobos.

Bueno amigos, solo papá, Dominic y Dimitra me dicen así, ya que son los únicos a quienes considero cercanos.

—Genial Thes—dice ella con una sonrisa—yo estoy en el último año, creo que soy mayor que tú—continua con un puchero.

—Pues este es mi último año—digo con una sonrisa—soy una nerd—concluyó encogiéndome de hombros para restarle importancia.

—Genial, espero que estemos en las mismas clases—dice ella tomándome una mano.

Yo me paro del lugar con rapidez.

—Contrólate Dak—digo a mi Loba que quiere salir corriendo del lugar.

—Tranquila Thes—dice mi papá acercándose a nosotras.

—Perdón yo no sé qué hice—dice Selena sin entender mi reacción.

—No me gusta que me toquen—digo seriamente—quiero ir a mi habitación papá—concluyó sin esperar respuesta.

Mientras camino hacia la habitación escuchó la explicación sencilla de papá.

—Es su Loba, es muy sensible y Thessa ha tenido muchos accidentes con solo ser tomada de la mano, una vez se acostumbre a tu presencia no habrá problemas Selena, solo es así al principio—dice él y sé que tiene razón.

Pero la mayoría de las personas no llegan a darme tiempo a que me acostumbre, tener de amiga a una Ancestral puede sonar divertido, pero no lo es, siempre querían que animará las fiestas de alguna u otra manera, solo era un juguete para todos.

Me tiro en la cama y veo hacia el bosque. 

Libertad, solo quiero ser libre.

Dominic y Dimitra me dijeron muchas veces ya que vivir en una manada no es para los Lobos Ancestrales, pero no quiero dejar a papá, él aún me puede cuidar y yo no quiero perderme la oportunidad de ser normal, aunque ir a la universidad a los diecisiete años no es normal, pero bueno, podría ser peor, pero me tomé un año sabático a los catorce así que no estoy tan adelantada como podría.

Decido que seguir pensando en el futuro no es lo correcto en este momento y ahora me dedico a dejar libre a Dakota que no se niega y sin dudarlo se transforma en la terraza y corre hacia el bosque.

...

Ya estoy lista para salir de casa, papá tiene el auto encendido y yo corro hacia la puerta del copiloto.

—Estoy ansiosa—digo cuando entro al auto y me abrocho el cinturón.

—Espero no tener que salir antes de la oficina—dice papá guiñándome el ojo.

Mientras vamos escuchando la radio local donde dicen que el cumpleaños del Rey será en una semana y en el pueblo habrá una invasión de jóvenes que esperan ser reconocidas por el Lobo como su compañera destinada, yo pienso que si todos los años es así o solo este.

—Tú qué crees papá ¿Todos los años reciben a jóvenes que quieren ser nombradas Luna de Lunas o solo será este año así?—pregunto y papá se toma el tiempo para responder.

—Hace ciento siete años tu abuela Sophie vino aquí para el cumpleaños del entonces príncipe, tu abuela Juliette vino antes, no recuerdo el año y tu mamá vino hace treinta y ocho años—dice papá a modo de respuesta.

—Dos años después conoció a papá—dice Dakota como dato curioso.

—Al poco tiempo te conoció a ti—digo con una sonrisa gracias a la información de mi Loba.

Entonces es así todos los años, pienso para mí misma.

—Espero que no tengamos problemas con todas esas Lobas en la ciudad—dice Dakota preocupada.

—¿Cuántos años tiene el Rey?—preguntó curiosa ya no quiero pensar en que tendré problemas.

—Quinientos y algo—dice papá en respuesta.

—Guau son muchos, Dom solo tiene doscientos cuarenta y tres, mientras que Dimitra se niega a decirme su edad ¿Porque no hay más príncipes?—preguntó aún más curiosa.

—Una Familia Real muy grande significa muchos capaces de reinar, desde hace varias generaciones se disminuyeron los príncipes a dos o tres como mucho, en el caso del Rey, tiene una hermana y está ya tiene dos hijos, Selena es uno de ellos—dice él en respuesta sin dejar de prestar atención al camino.

Estoy por hacer otra pregunta, pero me doy cuenta que hemos llegado ya que papá apaga el motor del auto.

Él baja y me espera.

—¿Sabes que te amo no?—pregunta el con su cara de "haría lo que fuera por ti".

—Si papi, yo también te amo, te espero a la hora de la salida—digo caminando hacia la entrada.

Sé que él espera hasta que esté bien lejos para entrar al auto.

—Ya se fue—dice Dak una vez estamos en el pasillo principal.

—Thess—dice Selena delante de nosotras.

—Selena—saludo con una sonrisa.

Ella se queda a unos pasos de mí.

—Lo siento, solo será así al principio—digo a modo de disculpa.

Ella asiente y comenzamos a caminar por el pasillo, me indica donde están los lugares comunes, como la sala de música, la cafetería, el gimnasio y también la pileta olímpica.

—Sí, yo quiero nadar—dice Dak al ver la enorme pileta climatizada.

—¿Sabes nadar?—pregunta Selena al ver que me quede embobada viendo el agua.

—Sí, nos encanta—respondo con una sonrisa.

—¿Nos encanta?—pregunta ella algo confundida.

—Los Lobos comunes no se refieren a sí mismos en plural Thess—dice Dak entendiendo la confusión de Selena.

—Ah lo siento, es que Dakota, mi Loba y yo tenemos la costumbre de hablar en plural, sí sé que suena raro, espero que te acostumbres—digo a modo de explicación.

—Genial, mi Loba se llama Deborah y si es raro, pero me encanta, todo en ti es diferente—dice ella con una sonrisa.

No tienes ni idea, pienso para mi sola.

—Vamos o llegaremos tarde—digo cuando siento que Dak se quiere tirar al agua.

Caminamos de regreso y Selena saluda a varias personas de camino al salón.

—Es la Princesa de la Manada, de seguro todos saben quién es ella—dice Dak mirando atentamente.

—Al lado de ella seremos el centro de atención—digo a mi Loba algo preocupada.

—Veremos que sucede primero, podemos dejar de hablar con ella o volvernos más sociables—dice Dak igual de preocupada que yo.

Llamar la atención siempre nos trae problemas y sobre todo a papá.

...

—Esas esencias—dice Dak cuando estamos esperando que papá nos recoja en la entrada.

—Es mi tío—dice Selena yendo hacia un auto del cual baja un hombre con traje hecho a medida, tiene casi dos metros de altura y el cabello negro.

—Thes, es nuestro—dice Dak empujando en mi mente para tomar el control de nuestro cuerpo.

Escucho que Selena nos presenta, pero este solo asiente y hace que ella suba al auto, luego de unos segundos el también sube. 

El auto se marcha sin problemas.

—Los Lobos normales no reconocen a sus compañeros hasta los veintiún años—dice Dak algo confundida.

—¿Esa es tu explicación para que nos ignorara?—digo en respuesta a mi Loba algo molesta.

Ella solo se queda en silencio, sabe que no es momento de comentar nada.

Papá llega y subo al auto en silencio.

—¿Sucede algo malo?—pregunta luego de unos minutos cuando ve que de mí no saldrá conversación.

—Papi ¿Tu sabes que los Ancestrales desarrollamos nuestros Lobos desde bebés?—pregunto en respuesta sin dejar de mirar al frente.

—Sí, son Lobos únicos en muchos aspectos—dice él con orgullo.

—Los Lobos normales tienen la capacidad de reconocer a su compañero destinado a la edad de veintiún años, cuando llegan a la madures—comento y él se queda en silencio unos segundos procesando la información.

—Thes ¿princesa encontraste a tu compañero destinado?—pregunta papá perdiendo un poco el color en la piel.

—Sí y no—digo intentando no enfadarme con papá.

—¿Me explicas?—pregunta él poniéndose nervioso.

—Uziel Perrzan es mi compañero destinado—digo con rapidez sin apartar mi vista del frente.

Papá da un frenazo que me empuja hacia delante, por suerte tenía el cinturón de seguridad puesto, como siempre.

Me mira, serio, con su cara de papá sobreprotector.

—¿Segura?—pregunta él luego de unos minutos.

—Dakota lo reconoció, pero…—digo sin terminar la frase.

—¿Pero?—pregunta él con rapidez.

—Pero nos ignoró, nos miró, estamos seguras que nos reconoció, pero no hizo nada—digo enfureciéndome más y más con cada palabra.

—El Rey de los Lobos rechaza a mi hija—afirma papá sin creérselo el mismo.

—Rechaza a una Loba Ancestral—comento algo triste.

Papá se desabrocha el cinturón y me abraza. 

Noto que estoy llorando. 

Intento hablar con Dakota, pero no me responde. 

Mi Loba me abandona en los peores momentos.

—Eres increíble Thes y si tú quieres rechazarlo lo aceptare si esa es tu voluntad—dice papá secándome las lágrimas de las mejillas.

—No quiero nada papi, no quiero nada de él, la Diosa Luna nos trajo aquí y él ya perdió la oportunidad de estar conmigo, no una sino dos veces, si él me quiere rechazar lo aceptare, pero soy una Loba Ancestral no le daré la satisfacción de rebajarme a dar el primer paso—digo llenándome de orgullo con cada palabra que salía de mi boca.

—Mejor dicho, imposible—dice mi Loba volviendo a aparecer.

—Tu ni me hables—digo seriamente a Dak.

—Solo estaba sobreponiéndome a la situación, ¿De dónde crees que sacaste ese orgullo que te nació recién?—dice ella en su defensa.

Y sé que tiene razón, Dak solo se fue a pensar en claro la situación, ser la compañera destinada del Rey de los Lobos significaban problemas y más problemas, pero sin dudarlo era el honor más grande que me podía tocar, aun así, ya tenía un honor de nacimiento, ser una Loba Ancestral.

Continuamos el camino en silencio y al llegar a la casa vimos un auto estacionado fuera.

—Es él—dice Dak con rapidez al sentir una presencia dentro del auto.

Y lo sé, reconozco el auto y sus esencias, bosque, limón y rocío matutino.

Bajo del auto y entro directo a la casa, me meto en la habitación y voy directo a la ducha. 

Escucho que papá lo hace entrar a la casa.

—¿Quiere tomar algo majestad?—pregunta papá cortésmente al visitante.

—Uziel por favor y una bebida fuerte si tiene—responde él con calma.

—Claro hazte el amistoso con tu suegro—bromea Dak y yo lanzo una carcajada.

—Ves a papá ser llamado suegro, le dará un infarto—digo en respuesta a su comentario luego de sobreponerme del ataque de risa.

—Aquí tiene—dice papá luego de unos minutos.

—Estoy aquí por un asunto personal Russel, muy personal—dice quien supuestamente es mi compañero destinado.

—Espero que mi hija no haya traído problemas a la Manada Uziel—dice papá y entiendo que se está haciendo el ignorante.

—Papá quiere ver que trama el Rey—dice Dakota con rapidez.

—No, en absoluto—responde el Rey sin problemas.

Esta nervioso, tiene diez centímetros más que papá y el doble de cuerpo, pero está nervioso.

Nos carcajeamos ante la situación y nos perdemos en la conversación.

—¿Está usted seguro?—pregunta papá repentinamente.

—No tengo la menor duda—responde él seguro de sí mismo.

—Mi hija—dice papá, pero no termina de hablar.

—Su hija aun es una niña, esperare el tiempo que sea necesario para que ella me reconozca como su compañero destinado—dice Uziel seriamente interrumpiendo a papá.

—Mi hija es una Loba Ancestral—dice papá ante su interrupción.

—Tengo más de quinientos años Russel, puedo esperar otros cien más sabiendo que ella es la Loba que me ayudara a reinar—dice Uziel en respuesta.

Es muy seguro que no sepa la información que tiene papá, los Ancestrales tienen muy oculta la información sobre ellos ya que desconfiamos de todos y de todo.

—¿Desea hablar con ella?—pregunta papá dudoso.

—¿Me daría permiso?—pregunta Uziel con rapidez.

—Claro papá solo quiere dejarte con nosotras en la misma habitación—comenta Dakota a su pregunta.

—No tengo forma de prohibírtelo Uziel—responde papá con seriedad.

Y tiene razón, Uziel puede mandar sobre cualquier Lobo ya que es el Rey, aunque todos en la Familia Real tienen esta habilidad también, la de Uziel es la última palabra siempre.

Escucho a papá en la habitación, me termino de secar y me pongo mi bata de unicornios para salir del baño. 

Me quedo en el marco de la puerta esperando que papá hable primero.

—Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación—dice papá sabiendo que desde aquí podía escucharlos claramente.

Hay Lobos que nacen con un mayor olfato u oído, en mi caso tengo un oído increíble y también soy una Ancestral, pero claro esto ya lo sabían.

—Perdón papi—digo agachando la cabeza.

—Él quiere hablar contigo ¿Que harás?—pregunta papá ignorando mi disculpa.

—Hablare con él—digo levantando la vista llenándome de orgullo.

Papá asiente y sale de la habitación, me tomo mi tiempo para vestirme, elijo un vestido suelto color salmón.

Entro al salón luego de unos quince minutos, si me hice esperar.

—Buenas tardes—saludo al aire sin poner mi atención en nadie en especial.

Uziel se pone de pie y me da una sonrisa cariñosa.

—Buenas tardes Thessa, soy Uziel Perrzan, Rey de los Lobos y Alfa de esta Manada—dice extendiéndome una mano.

—Lo siento a mi Loba y a mí no nos gusta estrechar manos—digo acomodándome en el sillón.

—No te preocupes, a tu edad yo tampoco era muy amistoso físicamente—dice el Rey sin dejar de sonreír.

—¿Thes quieres una taza de té?—pregunta papá repentinamente.

Asiento y él se va a la cocina, nos deja solas con este Lobo, debo decir que la Diosa Luna me ha dado el compañero destinado perfecto, Uziel lleva pantalones de vestir y una camisa blanca, esta desaliñado, pero por la Diosa Luna se ve increíblemente sexy así, con unos ojos azules que se parecen al mar en pleno amanecer, me encanta la forma de su sonrisa, es un adonis en todos los sentidos de la palabra.

—Y es nuestro—afirma Dakota babeando por el Rey de los Lobos.

—Hoy te vi en la escuela, Selena me dijo quien eras y lamento no haberme presentado—dice el Rey de los Lobos algo apenado.

—No se preocupe—digo encogiéndome de hombros para restarle importancia.

—Deberíamos tirarle unas cuantas descargas para que aprenda buenos modales—dice Dakota fingiendo enojo.

—Es importante que me escuches Thessa—dice él mostrando lo nervioso que esta—tengo quinientos cuarenta y siete años y encontré a mi compañera destinada—continua y me mira serio—eres tu Thessa, sé que no me puedes sentir aun, pero esperare el tiempo necesario para que me aceptes—concluye Uziel con una expresión totalmente seria.

—No podemos exigirle sinceridad si nosotras no somos sinceras—dice Dakota babeando por nuestro compañero destinado.

Sé a qué se refiere.

—Uziel yo…—empiezo a decir, pero él me interrumpe.

—Aun eres joven y de seguro tienes planes, sé que eres inteligente y te aceptaran en las mejores universidades, respetare tu decisión si deseas irte a estudiar lejos de aquí—dice él y yo levanto mi mano para que pare de hablar.

—Yo tengo planes, soy una Loba Ancestral, como tal tengo deberes para con los Lobos, pero también siendo tu Luna y Luna de todos tendré otro tipo de responsabilidades, ahora que sabes que comprendo mi posición te diré que los Lobos Ancestrales se desarrollan al nacer, yo puedo reconocerte a ti como mi compañero destinado—concluyo mirándolo seriamente.

Él se queda en silencio y papá entra al salón con mi té.

—Aquí tienes amor—dice papá entregándome la taza.

—Yo ya debo retirarme—dice Uziel luego de unos minutos de estar en silencio.

—Puedes quedarte a cenar—afirmo mirando a papá que asiente.

—Gracias Thessa, pero creo que es muy pronto aun, como dije antes te daré el tiempo y el espacio que tu necesites—dice el Rey levantándose del sillón.

—Te acompaño a la puerta—digo poniéndome de pie también.

Uziel asiente y yo me adelanto a él. 

Abro la puerta y le doy paso.

—Nos vemos mañana en la salida de la escuela—digo acercándome a su oído, lo tomo por los hombros y me pongo de puntitas para alcanzar su altura—mi Lobo—susurro en su oído y él me da un dulce beso en el cachete.

Sonrió y veo como se aleja de la casa hacia el auto.

Luego de unos minutos desaparece en el camino.

—Aun eres muy pequeña para esto—dice papá cuando regreso al salón.

Se sujeta la cabeza con ambas manos.

—¿Estás enojado?—pregunto intentando saber su estado sentimental.

—No es enojo lo que siento amor, creo que te perdí sin que te vayas de mi lado—dice papá y yo me lanzo a abrazarlo.

—Papi no me alejare de ti, Uziel no nos va a separar—afirmo sin soltarlo.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo