*Dominic*
El primer pezón fue la delicia más dulce que jamás probé, su suavidad, la textura de su piel, y sus esencias inundando cada centímetro de mi cuerpo.
Ella arqueo la espalda, entregándose por completo a mí.
Llamas, llamas a nuestro alrededor, saliendo de ella y de mí, rojas y rosas.
—¿Estás bien?—pregunto con preocupación.
—Si—respondió ella con rapidez—no sé qué sea, pero me encanta—dijo dando una mirada a nuestro alrededor.
Las llamas parecían danzar a nuestro alrededor, luego averiguaría que significan, ahora debía oc