Nathe rió y le dio un abrazo, Alex se sintió como en casa, respiró profundamente y siguió el consejo de su hermana.
—Bien, dormiremos aquí, pero con una condición.
—Lo que pidas —responde Nathe con emoción.
—Que duermas conmigo en la cama.
A Nathe le tomó por sorpresa aquello pero no dijo nada, solo asintió y ambos cerraron la ventana y se metieron a la cama, Nathe apagó las luces de la habitación, y mandó un mensaje a sus guardaespaldas para informarles que se quedaría a dormir, y cuando menos se dio cuenta Alex ya estaba durmiendo plácidamente.
A la mañan