Cuando Alex vio a Nathe sentado en su cama se llevó el susto de su vida: ¿qué demonios hacía aquí? Se preguntó para sus adentros.
—¿Nathe? —Alex cierra la puerta con pasador y cuando estaba a punto de terminar de hablar, Nathe se acerca a ella y la abraza.
—Me escapé de mi casa porque no podía dormir, mi madre y Elisa me han dicho cosas que han puesto mi mente a volar —susurra Nathe.
—¿Qué cosas? —pregunta Alex rodeándolo por la cintura con sus brazos permaneciendo abrazados así por un buen tiempo.
—Tonterías —Nathe inhala el olor a jabón que inunda la piel de Alex—. Dicen que a