Cuando lo vi a Christian la escena en el baño se repitió en mi mente sólo quería matarlo, estaba furiosa y decepcionada.
El corazón me dolía demasiado.
Él se me acerco y me pregunto ¿qué te pasó?
-nada que te incumba le respondí.
Él tenía mi bolso y ahí estaban mis llaves.
-dame mi bolso le dije.
-no hasta que me respondas y arreglemos esto.
Lo vi con la peor cara de desprecio que puedo expresar.
-sabes que quédate el maldito bolso y lárgate de mi casa.
Tomé una piedra que estaba cerca de la maceta de mi porche.
Quebré mi ventana y la abrí.
-qué demonios te pasa. Por qué haces eso.
Sabes que me pasa que confiaba en ti, me entregué te doy mis sentimientos más sinceros y tú me pagas con la otra moneda. Ya sabía yo que tú no