Sophie

Cuando despierto al día siguiente por extraño que parezca no encuentro a Lucas a mi lado, digo extraño porque todos los días anteriores cuando despertaba lo tenía tan pegado a mí que casi podía contar las pecas de su nariz, además de que sus brazos siempre estaban enroscados en mi cintura como si se tratase de una anguila, estoy por levantarme de la cama cuando la puerta de la habitación se abre y por ella entra Lucas con una bandeja y nuestro desayuno en ella.

—Veo que al fin despertaste amor. —Deposita la bandeja en la mesita y se acerca a darme un tierno beso, el cual recibo gustosa.

—¿Tú lo preparaste?

—Claro que si amor, lo preparé especialmente para ti. —Toma el plato con un hot cake, corta un trozo y lo mete en mi boca.

—Si que lo hiciste tu. —Respondo una vez que logro digerir el trozo que me dio.

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