Isabelle
Me encuentro admirando a mi esposo que descansa tranquilo después de una semana a trajeada, y todo se debe a qué mi pequeña Alessia de cuatro años, se enfermó de un día para otro y nos preocupó a todos. Pero gracias al cielo no era más que un virus, lo cual no nos tranquilizó mucho que digamos. Mis cuñados se ofrecieron a cuidar a los mellizos de diez años, aún no puedo creer que hayan crecido tanto, y es que el tiempo no se detiene.
-¿No puedes dormir, amore mio?-pregunta mi esposo mientras sus manos se aferran a mi cintura.
-No, aún estoy asustada por Alessia.-confieso, y es que después de como mi salud se vio afectada años atrás, cada mínimo detalle me preocupa, y más si se trata de mis hijos o de mi esposo.
-Todo está bi