Gala
Para comenzar hablaré de algunas cosas que hice durante toda la semana que llevo aquí, porque han sido varias y me voy a enfocar en algunas.
En primer lugar hablaré del día en que fui a casa de don Braudilio y luego a casa de Karla.
Cuando llegué a casa de don Braudilio se puso muy feliz al ver a los niños, no se estaba esperando nuestra visita, así que se sorprendió bastante.
Al llegar comenzamos con una conversación que les contaré.
— Buenos días ¿Cómo ha estado don Braudilio? — le pregunté al llegar.
— Buenos días, estoy bien y al parecer ustedes también, que es lo más importante porque son los jóvenes — respondió don Braudilio y sonrió.
— Acertó al decir que estamos bien — estaba de acuerdo con lo que dijo al respecto.
— Toma asiento, por ahora solo tengo café, pero si quieres algo más solo debes pedirlo — comentó don Braudilio.
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