Mary

Fui un impulso, instintivo. Alguna vez leí que los seres humanos respondemos ante los impulsos de supervivencia y no tengo claro que este sea uno de esos casos, lo único que sé es que necesitaba hacerlo. Era una necesidad que mi cuerpo me pedía, el calor que subía desde mi estómago hasta mis mejillas, necesitaba apagar ese fuego que él con sus palabras, con sus cercanía y con sus actos estaba haciendo un revuelo en mí, que me hacía desconocer por completo quien era yo. Ver sus labios así, mojados y entre abiertos como una clara invitación de lo que quería hacer, su clara advertencia de “no te voy a besar si no me das permiso” era como ese impulso lleno de adrenalina que mi cuerpo necesitaba. Besarlo en su mejilla, inhalar su aroma a hombre, por así decirlo me sacó de mis casillas, nunca había deseado un hombre que no fuera mi esposo, sin embargo, a él lo estoy deseando de una manera descomunal.

Besarlo por impulso era algo que hasta a mi me sorprendió, sus suaves labios chocaro